Éstas sí que eran peleas: Ali – Foreman, la noche en que el boxeo se transformó en arte

Fue bautizado como «El rugido de la selva» pero para la gran mayoría basta hablar del «combate del siglo» para referirse a la inmortalizada pelea entre Muhammad Ali  y George Foreman, disputada en Kinshasa, capital Zaire (hoy República Democrática del Congo).

Fue el 30 de octubre de 1974, hace ya cuatro décadas, cuando ambos pesos pesados se enfrentaron fuera de Estados Unidos, invitados por el empresario e incipiente promotor Don King, quien había prometido 5 millones de dólares a cada uno, pero que terminó pagando el dictador de Zaire, Mobutu Sese Seko, convencido de que el evento serviría para promocionar a su país.

El combate se realizó en el ruinoso estadio de Kinshasa, la capital de la desaparecida nación africana, y en el medio de la cancha se dispuso de un improvisado cuadrilátero. Pasadas las 4 A.M, hora local se dio inicio a la pelea para que los miles de fanáticos alrededor del mundo, especialmente en los Estados Unidos, pudieran seguir las acciones.

Pero el contexto político y racial de la época fue uno de los aspectos más relevantes. Aunque Foreman llegaba como campeón invicto, y dueño de los dos cinturones más importantes (el de la Asociación y el del Consejo), Muhammad Ali había sido despojado de todos sus títulos al negarse a servir para Estados Unidos en Vietnam. Tras el episodio, dejó atrás el nombre de Cassius Clay y se transformó al islam, pero abrazó con fuerza las reivindicaciones raciales de África y de Estados Unidos.

Ali junto a Rubin «Huracán» Carter, activista por la lucha racial en Estados Unidos que estuvo preso acusado injustamente de golpear a un policía.

De hecho, la preparación del combate entre ambos marcó distancias importantes. La pelea estaba programada inicialmente para el 24 de septiembre, pero un corte en la ceja de Foreman durante un entrenamiento obligó a posponerlo. Ali mantuvo entonces una prolongada estadía en Zaire, donde salía a trotar por las calles de su capital. Ese gesto le bastó para ganarse el apoyo popular. Al revés, la llegada de Foreman fue con un cuerpo de robustos guardaespaldas y tres perros guardianes (pastores alemanes). Ello no fue bien recibido por el pueblo africano, ante episodios recientes de represión con perros de la misma raza.

Por eso, en todos los registros documentales que existen del recordado combate, cada golpe asestado por Ali contra Foreman era festejado como si fuese local. Además, Ali volvía a los cuadriláteros como un símbolo contra una guerra altamente impopular dentro y fuera de Estados Unidos.

Para los registros deportivos, Ali consiguió demostrar la supremacía de su técnica, que consistía básicamente en bailar sobre el cuadrilátero e ir asestando pequeños golpes que agotaban a su contrincante. Foreman cayó en la trampa, y desesperado intentó golpear innumerables veces, sin conectar la gran mayoría de sus golpes. El cansancio lo debilitó notoriamente, hasta que en el octavo round, Ali comenzó a responder con más energía y en los últimos 20 segundos consiguió noquear, casi perfectamente, al entonces campeón.

Foreman lo reconocería años más tarde como el más grande, fuera y dentro del cuadrilátero. «Ali tuvo para rematarme justo antes de que yo cayera, pero prefirió no lanzar ese golpe, que habría sido el mejor de todos los tiempos. Por eso, para mí es el más grande de la historia«, reconoció en un documental.

«El boxeo es demasiado pequeño para Muhammad Ali. Él cambió el mundo. Ningún otro boxeador podía hacer eso. Es el mejor de la historia«, agregó.

El año pasado, a dos días de conmemorarse 40 años de «el combate del siglo», George Foreman volvió a elogiar a su contrincante. «‘Eso es todo lo que tienes George?’ Sip Ali. Eso era todo. A 40 años, lo quiero», tuiteó el retirado pugilista.

pic.twitter.com/X9b0Xhc1qj «is that all you got George?» Yep Ali that was all. 40 years later I Love him.

— George Foreman (@GeorgeForeman) octubre 28, 2014

La pelea completa está disponible en Youtube, pero del evento se hicieron varios documentales. A continuación, dos piezas que dan cuenta del fenómeno que significó la pelea más recordada en la historia del boxeo.

«Cuando éramos reyes»

«Soul Power» (Documental sobre los conciertos que se hicieron en torno al evento)