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Más de 250 activistas medioambientales han sido asesinados en los últimos dos años

Por: El Desconcierto | Publicado: 07.03.2016
El asesinato de la líder indígena Berta Cáceres es uno más en una sistemática práctica de persecución que sufren activistas indígenas y medio ambientales. ONGs internacionales denuncian a industria hidroeléctrica, minería y agroindustria como principales responsables. Tres cuartas partes de las muertes se producen en América Latina.

El asesinato de la líder indígena Berta Cáceres la semana pasada volvió a poner la vista contra la persecución política que sufren muchos activistas medio ambientales en el mundo.

Ser una líder reconocida mundialmente por los derechos de los pueblos indígenas en América Latina no impidió que Berta Cáceres recibiera 4 impactos de bala la madrugada del jueves 3 de marzo. Su familia ha denunciado la complicidad del gobierno hondureño en el asesinato, responsabilizándolo junto a las empresas extractivistas contra las que Cáceres tanto luchaba.

Su muerte se produjo una semana después de haber denunciado amenazas de muerte y el asesinato de 4 dirigentes de la comunidad indígena lenca, que se opone a la construcción dela represa hidroeléctrica de Agua Zarca, situada en el río Gualcarque, en Honduras. El proyecto involucra a empresa hondureña DESA y a la multinacional Sinohydro, la mayor constructora de centrales hidroeléctricas del mundo.

La oposición sostenida por Cáceres y otros dirigentes retrasó la construcción de la hidroeléctrica. Pero no en vano, según ellos. Moisés Durón Sánchez, William Jacobo Rodríguez, Maycol Rodríguez y Tomás García, todos miembros  de las comunidades que se oponían a la presa Agua Zarca, fueron asesinados en condiciones similares a las de Cáceres. “Me siguen. Me amenazan con matarme, con secuestrarme. Amenazan a mi familia. Esto es a lo que nos enfrentamos”, dijo la dirigenta unas semanas antes de su muerte.

 

Dirigentes asesinados

La contratación de sicarios para asesinar a líderes medioambientalistas parece ser una práctica cada vez más común.

Las estadísticas al respecto muestras cifras desoladoras y confirman que el caso de Berta Cáceres está lejos de ser una excepción. Según un informe de la ONG Global Witness, en 2014 fueron asesinados 116 activistas ecologistas en 17 países. Por su parte, un informe de la también ONG Frontline Defenders, detalla que en 2015 hubo, por lo menos, 156 defensoras y defensores de derechos humanos asesinados. Muchos en circunstancias similares: oponiéndose a mega proyectos extractivistas.

«Defensores/as de derechos humanos (DDH) deben enfrentarse a ambientes cada vez más restrictivos y brutales en cada región del planeta. Cada vez se utiliza más frecuentemente la violencia extrema -y en mayor cantidad de países- mientras que las acusaciones fabricadas y los juicios parciales se han vuelto la norma en muchos lugares del mundo. Quienes tienen en la mira a los/as DDH han redoblado sus esfuerzos para silenciarles, tanto dentro de sus fronteras como en el ámbito internacional», afirma Mary Lawlor de Frontline Defenders.

Por su parte, el estudio de Global Witness detalla que tres cuartas partes de los asesinatos ocurrieron en América Latina -siendo Honduras el país más peligroso, con 101 casos de asesinato de activistas entre 2010 y 2014. La principal causa de muerte, dicen, son las industria hidroeléctricas, la minería y la agroindustria.

 

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