A 4 meses del asesinato de Berta Cáceres, otra líder indígena aparece muerta en Honduras

Una vez más, Honduras vuelve a estar en la palestra por la persecución y asesinato de dirigentes indígenas y ambientalistas. Fue en marzo cuando Berta Cáceres apareció muerta, conmocionando a todo el mundo.

Ayer, solo 4 meses después del crimen contra Berta, apareció muerta Lesbia Yaneth Urquía, también militante del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH). Defensora medioambiental, se integró a dicha organización tras el golpe militar en Honduras para participar activamente en la defensa del Medio Ambiente.

Su cadáver fue encontrado en un lugar conocido como «Mata Mulas», en un botadero municipal de basura en el Municipio de Marcala, departamento de La Paz.

Lesbia Yaneth se oponía fervientemente a la construcción de un proyecto hidroeléctrico en San José de La Paz. Su asesinato coincide con un proceso de consulta que llevaba a cabo el gobierno de Honduras con apoyo de Naciones Unidas, en el marco de la aprobación del proyecto de ley del Mecanismo de la Consulta Previa, Libre e Informada. La iniciativa está amparada por el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y había sido demandada por años por parte de las comunidades indígenas en el país.

La iniciativa tenía bastante resistencia en la élite política, como en la vicepresidenta del Congreso Gladys Aurora López y su esposo Arnold Castro, que solicitaron al presidente Juan Hernández que suspendiera la consulta. El próximo domingo se va a realizar una consulta ciudadana por el proyecto hidroeléctrico Aurora I ubicado en el municipio de Santa Elena, también en el departamento de La Paz, que fue autorizado precisamente por Castro y López.

En Honduras se habla desde ya que el asesinato de Lisbeth tendría el propósito de meter miedo a la población para que no participe en la consulta. Organizada por el Centro Hondureño para la Promoción del Desarrollo Comunitario, no han tenido hasta ahora el apoyo de la policía nacional ni de la dirección distrital de educación, que se negó a prestar las escuelas como centros de votación.

«La muerte de Lesbia Yaneth constituye un feminicidio político que busca callar las voces de las mujeres que con coraje y valentía defienden sus derechos en contra del sistema patriarcal, racista y capitalista, que cada vez más se acerca a la destrucción de nuestro planeta», aseguró el COPINH en un comunicado.

«Responsabilizamos directamente por este asesinato al gobierno de Honduras, a cargo de Juan Orlando Hernández, a las fuerzas militares y policialesy a todos las instituciones gubernamentales que deben cumplir con la protección de todas y todos los defensores de derechos humanos y de los bienes comunes de la naturaleza, de igual forma a la señora Gladys Aurora López y su esposoArnold Castro por ser fuente permanente de amenazas y conflictos por la construcción de proyectos hidroeléctricos en el departamento de La Paz», agregan.

Lesbia Yaneth se suma a la trágica lista de personas asesinadas por participar en la defensa del medio ambiente. La situación parece volverse una constante en países como Honduras, donde conviven comunidades indígenas con empresas transnacionales extractivas, que cuentan con un amplio poderío político y económico.

Según un informe de Global Witness, un total de 185 personas fueron asesinadas en 2015 en todo el mundo por su implicación en la defensa de la naturaleza.