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Nicolás Zepeda se descontrola y grita a abogada querellante en el juicio: ¡Yo no la maté!

Por: El Desconcierto | Publicado: 07.04.2022
Nicolás Zepeda se descontrola y grita a abogada querellante en el juicio: ¡Yo no la maté! Nicolás Zepeda y Narumi Kurosaki | Reproducción
En un día muy tenso, Sylvie Galley, sometió a un difícil interrogatorio al chileno, quien totalmente fuera de control, y a los gritos, intentó defender su inocencia e incluso terminó llorando.

Cuando se cumple el octavo día de juicio contra Nicolás Zepeda, por la desaparición y presunto crimen de Narumi Kurosaki, el interrogatorio entró en una etapa decisiva, con preguntas cada vez más directas tendientes a obtener la confesión sobre su responsabilidad en los ilícitos.

En este contexto es que Sylvie Galley, abogada de la familia de la joven japonesa, tomó la palabra para someter al chileno a una serie de preguntas con las que el inculpado en algún momento se vio incluso sobrepasado al no poder dar respuestas satisfactorias a su interlocutora.

«Si usted pasó tan buenos momentos con Narumi la noche del 4 (diciembre) ¿Tiene un buen recuerdo?», le consultó.

«El tiempo que pasé con Narumi fueron bonitos momentos», contestó el inculpado de acuerdo a un exhaustivo detalle del interrogatorio de hoy que publica el periodista Roberto Cox en su cuenta de Twitter.

Posteriormente, Galley alude a una persona que lo contactó para saber de Kurosaki, cuestionando su nula reacción. «Cuando Jeremy te llama preocupado por Narumi, ¿no pensaste en preocuparte de su búsqueda? Si estabas interesado por ella, podrías haber cooperado», le dice.

«No conozco lo suficiente a Jeremy para hablarle de mi intimidad. Yo hago mis preguntas con las personas que yo confío», se defiende Zepeda al tiempo que argumenta que su preocupación por Narumi la comentó con otras personas.

«¿Por qué las conversaciones sobre la muerte, los colgamientos?»

La abogada apunta luego a quienes alguna vez fueron cercanos a él y le plantea que las personas que antes eran sus amigos, ahora sospechan de él. «Me da pena no poder aclarar mejor las cosas y explicar mejor», sostiene el chileno que durante todo el juicio ha estado acompañado de sus padres y, hasta el momento, no ha presentado un testimonio a su favor.

A renglón seguido, Galley incluso cita al primo que fue a visitar Nicolás a Barcelona, quien tampoco atestiguó a su favor.

«Su primo quiere ayudar a la familia de Narumi, quiere entender lo que pasó», lo cuestiona. «Yo no puedo responder por mi primo. Me parece que él tenía mucho miedo», dice Zepeda generando la inmediata reacción de Sylvie. «¿Miedo de qué?, ¿por qué su primo contaría cosas malas de usted?» El chileno escueta y vagamente asegura que él se pregunta «lo mismo».

Lo que vino después, fue la parte más compleja del interrogatorio, con Galley formulando preguntas directas sobre el crimen que se le imputa a Nicolás aludiendo, en esta oportunidad, a las consultas que le hizo a su primo, profesional médico, durante un extraño diálogo.

«¿Por qué las conversaciones sobre la muerte, los colgamientos?», le pregunta sobre la interrogante que le hizo a su familiar.

«Juan Felipe es médico. Hablamos de muchas (cosas) médicas. Siempre lo escucho, pero yo no hice esas preguntas. No me lo explico», dice desmintiendo la versión del primo a la justicia francesa.

La abogada vuelve a la carga e insiste. «Usted le pregunta cuánto se demora en morir alguien por asfixia, ¿no le vienen imágenes a la cabeza?», cuestiona. «Yo no hice esas preguntas», asegura intentando zafar de la incómoda interrogante.

«¿Qué le hizo a Narumi?»

Luego viene el cuestionamiento más directo. «Señor Zepeda, ¿qué le hizo a Narumi?», inquiere la abogada. Nicolás no se mueve de su postura e intenta, nuevamente, sortear este difícil momento del interrogatorio. «Yo la dejé en su habitación y no supe nada más», insistió.

Entonces, la querellante pide exhibir fotos de la joven japonesa, por lo que se muestran imágenes de ella recién nacida. Sylvie le pregunta al acusado si logra mirar a su madre a los ojos. «Me arrepiento de no haber hecho más por la madre de Narumi. Ella fue a Chile y yo le debo su hospitalidad. Me arrepiento de no haber hecho más por ella cuando me lo pidió», contesta aludiendo a mensajes de ella que nunca contestó después de la desaparición de su expareja.

«Usted sabe lo que puede hacer por ella», lo confronta Galley. «Usted es creyente. Y en sus creencias, ¿no piensa que en un momento hay que hacer un camino hacia el perdón?, ¿cree que usted puede obtener el perdón después de lo que hizo?», lo interroga. «Intento hacer lo mejor que puedo. Lo mejor es intentar explicar lo que sé», responde.

«Si usted quiere aliviar su pena y la suya, es el momento de decir algo, reconocer que usted la mató», lo presiona. «Yo no la maté», dice antes de aludir a los sueños que dice tener con su expareja.

«La madre ya sabe que usted la mató»

Su intento por evitar nuevamente responder respecto de su responsabilidad en los cargos que se le imputan, no prospera y Sylvie lo notifica directamente. «La madre ya sabe que usted la mató, ahora quiere saber dónde está», le dice.

«Y si eso le pasa a una de sus hermanas, ¿usted no haría algo?», le consulta. «Cuando escucho a su madre me da mucha pena. Pienso en mi mamá», dice quien este miércoles cuando escuchó el testimonio de Taeko Kurosaki se mostró permanentemente imperturbable.

Cada vez más directa, la abogada esta vez le pregunta sin rodeos a Zepeda. «Queremos saber qué le hizo,¿dónde la dejaste?».

«No sé que decir. Yo no maté a Narumi», se defiende antes de una nueva e irónica intervención de Galley. «Piensas que vas a progresar en tu camino de joven creyente…», insiste la abogada.

Completamente descontrolado, Zepeda responde gritando. «¡Yo no la maté, yo también quiero saber!», dice.

Finalmente, antes de un receso de este octavo día del juicio, Sylvie le pregunta al chileno si «tiene ganas de decir algo», a lo que el joven responde completamente superado. «Hay muchas cosas que se me pueden reprochar, a veces me equivoco, yo no soy perfecto, pero yo no maté a Narumi. Yo no la maté. Y yo también quiero saber», dijo llorando.

 

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