La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) manifestó su apoyo al presidente francés, Emmanuel Macron, por la polémica reforma de pensiones que retrasa la edad de jubilación de 62 a 64 años.
Esto, pues desde la entidad consideran necesario equilibrar el sistema ante el envejecimiento de la población. «La verdad es que vivimos más, vivimos más tiempo con buena salud y hay que aceptar trabajar más«, manifestó el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.
Además, añadió que el aumento de la esperanza de vida «es una buena noticia» pero tiene implicaciones sobre la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones que se deben afrontar. Por ello, dijo estar «convencido de que el gobierno francés debe y va a mantener esas reformas».
Al respecto, el economista jefe de la OCDE, Alvaro Pereira también manifestó que «la edad de jubilación en Francia es muy baja» si se compara con otros países».
En esa línea, el Gobierno de Macron recurrió este jueves a un mecanismo constitucional, el artículo 49.3, que le permitió adoptar la ley de la reforma de pensiones sin tener que someterla a la Asamblea Nacional, donde temía no tener garantizados los votos necesarios para sacarla adelante.
La contrapartida de ese mecanismo es que ahora el Ejecutivo tendrá que someterse a una de las mociones de censuras presentadas desde la oposición y sectores de la extrema derecha. Si alguna de esas mociones prosperara -hipótesis bastante improbable-, no sólo caería el Gobierno de la primera ministra, Élisabeth Borne, sino que también quedaría invalidada la reforma de las pensiones.
Los dichos llegan en medio de las protestas masivas que se toman las calles de las principales ciudades francesas, en repudio al aumento de la edad para jubilar.