Milei busca reimponer en Argentina un sistema jubilatorio “a la chilena”

El mandatario libertario aprovecha la crisis del sistema de pensiones en ese país, donde un alto nivel de informalidad laboral y una inflación galopante complican las cifras y terminan licuando los haberes de los mayores, que terminan siendo –como siempre- la variable de ajuste.

No es la primera vez que este sistema creado durante la dictadura de Pinochet, y que tanto rechazo desata en Chile, es emulado en el país vecino. Un sistema de Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) vio la luz durante la primera presidencia de Carlos Menem (1989-1995).

Las AFJP se tradujeron en la privatización del sistema -hasta entonces de reparto y administrado por el Estado-, y si bien en principio este flamante sistema tuvo aceptación entre los argentinos, lo cierto es que desfinanció a las arcas públicas, mientras el dinero de los aportantes era reinvertido por las administradoras, muchas de ellas dependientes de bancos, que lograrán jugosas ganancias.

En el año 2006, el entonces presidente, Néstor Kirchner, introdujo un giro en el sistema y permitió que quienes estaban afiliados de manera compulsiva a las AFJP pasaran al sistema de reparto, una convocatoria a la que adhirió un 17%, hasta que dos años después, en medio de crisis financiera mundial desatada por el problema de las hipotecas subprime de Estados Unidos, Cristina Fernández de Kirchner (CFK) impulsó su nacionalización, enterrando el sistema de capitalización en la Argentina.

Promesa de campaña, actualización de haberes y desafíos

Durante 2023, en su campaña electoral, Milei hizo público numerosas veces su deseo de crear un fondo de retiros privado, similar al anterior, en el que los jubilados pudieran optar por un sistema privado tipo AFJP, o por el actual formato de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES).

«Eso yo lo propongo como parte de las reformas de segunda generación” – dijo el entonces candidato a la presidencia- “pero primero vendrán las reformas de primera generación que serán una reforma del Estado, que implica bajar el gasto público, bajar impuestos, desregular, flexibilizar el mercado laboral, abrir la economía y terminar con el peso que es una máquina de estafar gente».

La versión cobró peso con el reciente nombramiento del titular de ANSES (el organismo que gestiona las prestaciones de seguridad social y previsional), Mariano de los Heros, quien fue gerente de “Nación AFJP” y titular del organismo previsional en épocas donde existía el sistema mixto.

Los desafíos que el mandatario señala como centrales para este proyecto incluyen que la reforma integral vuelva al sistema más eficiente y sustentable, e integre una fórmula que satisfaga al “mercado”, y paralelamente no desguace aún más los haberes jubilatorios en un país donde la inflación crónica diluye en meses cualquier ingreso, aseguran fuentes gubernamentales. Tarea titánica.

En las últimas décadas cada nuevo Gobierno impuso cambios al sistema de actualización de las pensiones preexistente, e indefectiblemente los jubilados fueron perdiendo con casi todas ellas: 5% real en 2014 (CFK); 3%, en 2017; 13% en 2018; 2% en 2019, (Macri); 1% en 2020; 11% en 2022 y 32% en 2023 (Alberto Fernández), según el Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), de la Fundación Mediterránea.

A fines de marzo, y sin llegar a acuerdo con el Congreso, el gobierno de Javier Milei decidió también modificar dicha fórmula de actualización a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), y los aumentos serán por el índice de inflación y comenzarían a implementarse en los haberes de abril, que se cobrarán en mayo, una decisión que –señaló la diputada de Unión por la Patria (UxP) Julia Strada- “consolidad el tobogán por el que vienen descendiendo las pensiones”, al dejar fuera la inflación de enero (20%), febrero (13,2%) y marzo (sin datos oficiales aún).

Características del nuevo sistema

Durante su discurso de apertura de Sesiones Ordinarias del Congreso, el 1 de marzo, Milei convocó a los gobernadores para el 25 de mayo en la provincia de Córdoba se firme «un nuevo contrato social» -bautizado Pacto de Mayo- con diez políticas de Estado, que estarán sujetas a la aprobación de la Ley Bases y a un nuevo Pacto Fiscal, uno de cuyos puntos contempla el regreso de las AFJP, que rigieron en Argentina entre 1993 y 2008.

A falta de un texto legal específico sobre el tema, la prensa trasandina rastrea entre los papers y declaraciones de los ideólogos y principales asesores de Milei para vislumbrar las características de este eventual nuevo sistema.

En primer lugar, el libertario considera imperativo regresar a un esquema de capitalización individual vía administradoras privadas, pero corrigiendo los errores cometidos en la experiencia anterior, sobre todo en lo referente al control de las comisiones y gastos que estas cobraron a los aportantes, y abordando los desafíos en términos de equidad y acceso que el sistema conlleva.

Otro punto neurálgico es la eliminación de la pensión por fallecimiento o viudez, que a la fecha puede ser solicitada por el o la cónyuge, presentando la partida de casamiento actualizada.

También buscará eliminar los regímenes de excepción que permiten jubilarse de forma anticipada y con menor cantidad de aportes, categoría entre las que se encuentran las llamadas “jubilaciones de privilegio”, y también aquellas que se otorgaron a trabajadores con funciones insalubres, como trabajadores del metro, los mineros, etcétera.

Qué dicen los trabajadores

Consultado en exclusiva para El Desconcierto sobre esta alternativa, el emblemático, diputado nacional, maestro y secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), Hugo Yasky, dijo que regresar al sistema de AFJP sería “una catástrofe social” y un “jugoso negocio para el sector financiero, que verían concretado su anhelo de revancha”.

“Sería instalar lisa y llanamente la ley de la selva, el sálvese quien pueda”, agregó Yasky, también ex secretario general del poderoso gremio docente  la CTERA,  para quien “el ajuste brutal que está llevando a cabo Milei sobre las jubilaciones tiene como único objetivo la privatización del sistema jubilatorio” ya que “el modelo chileno sigue siendo otro norte de las medidas que está tomando el mandatario, y que no es otra cosa que la vieja receta del ajuste ortodoxo aplicado en la década de los 90”.