Gracias a la UDI más gente sabrá quién era Pablo de Rokha

Pese al ninguneo y a las dificultades para acceder al libro, la poesía se las arregla para mantenerse vigente y hacerse parte de las demandas ciudadanas. Ayer jueves fue el poeta Pepe Cuevas (1944) cuyo texto Destruir en nuestros corazones la lógica del sistema fue proyectado en Plaza de la Dignidad, rodeando el monumento a Baquedano, por el colectivo Delight Lab. Rápidamente actuó Carabineros censurando la proyección. Pero esto solo ayudó a propagar la obra el poeta como reguero de luz en redes sociales, logrando que llegara a personas que quizás nunca lo habían leído. La poesía gana, los censuradores pierden.

¿Y si todos nos declaramos en estado de No Pago?
¿dejamos de comprar objetos en un mes corrido?
¿Aplicamos una retirada en masa de las AFP (que hacen capital
con nuestros fondos rascados día a día)?
¿y qué de las malditas Isa/ press / sus cheques en blanco
esos mugrientos negociados con la vida del prójimo?

Con estas preguntas del poeta José Ángel Cuevas, uno se puede dar cuenta de lo certero que fue ver su texto proyectado ahí, en el epícentro de la lucha ciudadana. La suerte es que él lo pudo ver en vida, en un momento que de alguna manera su poesía viene anunciando hace rato. Otro acierto de los Delight Lab y sus mensajes lumínicos, esta vez como parte de la Semana de las Artes Visuales organizada por Barrio Arte. La censura quedó registrada y no queda la menor duda de dónde vino, al contrario de lo sucedido en mayo pasado en el edificio de la Telefónica cuando un camión financiado por desconocidos proyectó luces para tapar la proyección que realizaba el colectivo.

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Este viernes fue el turno de otro gran poeta chileno, Pablo de Rokha (1894-1968), militante comunista, acérrimo enemigo de Pablo Neruda y obrero del libro contestatario y polémico. Tras obtener el Premio Nacional de Literatura en 1965, una toma de terreno en la actual comuna de La Pintana en Santiago fue bautizada con su nombre, y en la actualidad es una población. En la franja electoral del Plebiscito iniciada hoy a mediodía, el espacio del Rechazo dio espacio a un vecino de la población, pero los caracteres decían: Pablo Roca, lo que fue ampliamente criticado, pero además da cuenta del desconocimiento no solo de la calle sino de la literatura chilena. Gracias a esta «publicidad poética no pagada» ahora el nombre del poeta de Los gemidos, Escritura de Raimundo Contreras, Epopeya de las comidas y bebidas de Chile, que vendía él mismo sus libros puerta a puerta y que fue fundamental en el debate intelectual y político de su época, también en las rencillas literarias, vuelve a hablarnos y a hacerse presente en un momento tan crucial como el plebiscito que se aproxima.

Caduco en «la República asesinada»
y como el dolor nacional es mío, el dolor popular me horada la palabra, desgarrándome,
como si todos los niños hambrientos de Chile fueran mis parientes;
el trágico y el dionisíaco naufragan en este enorme atado de lujuria en angustia, y la acometida agonal
se estrella la cabeza en las murallas enarboladas de sol caído,
trompetas botadas, botellas quebradas, banderas ajadas, ensangrentadas por el martirio del trabajo mal pagado;
escucho la muerte roncando por debajo del mundo
a la manera de las culebras, a la manera de las escopetas apuntándonos a la cabeza, a la manera
de Dios, que no existió nunca.

Así dice de Rokha en Canto del macho anciano. Suena actual, ¿o no?

Escucha aquí sus poemas musicalizados por la banda punk Ocho Bolas en el disco Genio y Figura (2002) que acaba de ser reeditado en streaming.