Uno de esos dirigentes es Gerardo Fuquett, presidente del sindicato de Transportes Transwell y tesorero de la Federación Nacional de sindicatos de Peonetas Coca Cola y Ramos Conexos (FENASIPEC), quien representa a 90 trabajadores, que junto con otros 100 colegas de otras filiales encargadas de la distribución, están en un litigio para que Andina, la empresa matriz, los reconozca como sus trabajadores.
Los dirigentes saben que están en una lucha que representa muy bien la realidad laboral de cientos de miles de trabajadores que cuentan con las mismas dificultades que ellos para formar sindicatos, para negociar colectivamente y además cuentan con bajas remuneraciones. Por eso, Fuquett no duda en inscribir la actual demanda contra Andina como un importante hito para acabar con la subcontratación en Chile. “El objetivo nuestro es marcar un precedente en la ley del subcontrato”, comenta.
Sin embargo, respecto del futuro judicial, Fuquett declaró no confiar en el criterio de los jueces. “Nosotros somos optimistas de lo que podemos hacer nosotros, pero no de lo que puede hacer un juez. Sabemos los criterios que ellos tienen, y sabemos que hay jueces que tienen intereses creados, por lo tanto no nos confiamos tanto. Sabemos que hemos hecho todo por esta pelea, y si es que no se concreta ahora, si no somos reconocidos, vamos a radicalizar el tema y hasta funaremos a los jueces, porque hemos hecho todo lo que nos pidieron”. Lo último en alusión a un informe que se les solicitó para una demanda anterior en 2008, en la que demostraron prestar servicios a Andina, pero que en aquella ocasión no prosperó por problemas de forma en la presentación de la demanda.
El crecimiento de la subcontratación
Durán explica que las tres modalidades se dividen en primera instancia en subcontrato, la más relevante y mayoritaria, en la que las empresas externalizan una etapa específica de la producción, siendo los servicios de seguridad los más reconocidos. En segunda instancia está el suministro de trabajadores, modalidad en la que empresas externas colocan a sus trabajadores dentro otras para realizar reemplazos, trabajos temporales, etc. En este caso, no es la actividad la externalizada sino que el puesto de trabajo varía de lugar, y cuentan con un empleador pero con dos jefes. La tercera y final se le denomina ‘enganche’, aunque minoritario, cuenta con una fuerte presencia en el mundo de los trabajadores agrícolas, en la reconocida figura del ‘temporero’. Todas esas modalidades están legalizadas bajo el Código Laboral.
“Cuando uno observa las estadísticas recientes, si bien la subcontratación sigue siendo la mayoritaria, es el suministro de trabajadores el que más ha crecido. De hecho, si vemos del total de trabajos tercerizados (77% de los creados en 42 meses), un 53% corresponde a la modalidad de suministro de trabajo, por lo que ha tenido una evolución mayoritaria”, explica Durán.
Sobre el caso de los peonetas de Coca Cola, Durán comenta que “es un caso muy importante, porque se pone en juego la institucionalidad en cuanto a la formación de empresas filiales. Este caso involucra a la embotelladora Andina, la que tiene una filial a su vez que se llama ‘Transportes Andina Refrescos’ (TAR), y de ella cuelgan cerca de 30 empresas que son pequeños subcontratistas, que son los que administran un flota de camiones encargados de una ruta específica. Y muestra en el fondo cómo una empresa tan grande como Andina se subdivide en muchas razones sociales, y así por la vía legal vulnera muchas veces los derechos de los trabajadores a través de dificultades para sindicalizarse, para negociar colectivamente y de también infravalorar el trabajo”.
El economista de la Fundación SOL advierte que las prácticas de este “gigante de la economía” se repiten también en cadenas de supermercados pertenecientes a CENCOSUD y del retail, enmarcado en un contexto laboral que comparativamente con otros países de la región muestra un importante grado de desregulación. “Este es un fenómeno más bien criollo. Desde Chile se está exportando esta manera de, como lo dicen los empresarios, administrar el recurso humano. Y esto en otros países de Latinoamérica está prohibido, como en Ecuador donde no se puede subcontratar el giro”, finaliza Gonzalo Durán.
En el parlamento duermen las iniciativas para modificar la ley laboral
“Nuestra ley de subcontratación quedó un poquito coja, y sobre todo con el tema del multi rut que en un momento se perdió. Era importante eliminarlo porque es el subterfugio que usan muchas empresas para seguir burlando la legislación laboral”, asegura.
Según comenta la diputada Goic, hace algunos años en la Comisión aprobaron un proyecto que buscaba agrupar las distintas subempresas en una sola razón social, pero la falta de acuerdo en el Senado hoy está paralizado. “Está en segundo trámite, fue aprobado por la Cámara de Diputados, y está en la Comisión del Senado, y se hicieron varios esfuerzos con este gobierno para poder sacarlo adelante, pero nunca llegó con la indicación que habían planteado y finalmente dilató la propuesta. Y sigue ahí, estancado”.
Para Goic, “nuestra legislación laboral no es que precisamente favorezca la sindicalización, ni que la fortalezca, porque tú tienes la posibilidad de tener grupos negociadores, que es una de las vías por las cuales se compite con el sindicato. Y eso debilita la negociación colectiva. Y el Código del Trabajo tiene una matriz mucho más pro empresario que pro trabajador”, finaliza.