Los intentos por llegar a esta instancia no fueron fáciles. A la dispar agenda trazada por algunos sectores, le jugó en contra el terremoto que azotó al norte de Chile, además del mega incendio que afectó a mediados de abril a los cerros de Valparaíso. Fiel a su espíritu, miles de estudiantes se abocaron a coordinar tareas para ir en ayuda de Iquique y Valparaíso, tanto en trabajos voluntarios como en recolección de alimentos para los damnificados.
Sin embargo, la agenda de reformas del Gobierno no se ha detenido, y el ambicioso plazo de 50 medidas en los primeros 100 días en el poder contempla el envío del proyecto de Reforma Educativa, al cual se suma el de Reforma Tributaria. Lejos de acercar posiciones, las múltiples reuniones que ha sostenido el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, con diversos actores de la educación generan más dudas que certezas en sus protagonistas.
Dirigentes como Melissa Sepúlveda, presidenta de la Fech, han señalado la ambigüedad del programa tras múltiples reuniones que han sostenido con el equipo ministerial, y además, acusan contradicciones entre declaraciones públicas con lo expresado en dichas instancias. Por ello, y apelando a una definición clara respecto del fin al lucro en todos los niveles de la educación, es que hoy los actores principales del movimiento por la Educación salen nuevamente a marchar.
En la previa, más de 50 ex dirigentes estudiantiles publicaron una carta donde llamaron a «no olvidar las luchas que abrireron la posibilidad de una reforma educacional», entre los cuales figuran los diputados Camila Vallejo, Giorgio Jackson y Gabriel Boric.
¿Qué se juega en esta marcha?
Mayol afirma que las últimas dos marchas registradas en Santiago, no reflejaron el sentido expresado desde 2011. “La Marcha de Todas las Marchas fue administrada por ciertas organizaciones y fundaciones de temas más específicos y que estaban ajenos al debate original que dio origen a este ciclo de movilización, y la marcha de la CUT fue completamente cooptada y controlada por la Nueva Mayoría y por el Gobierno. Por lo que esta marcha es clave para que el movimiento estudiantil logre limpiar el escenario, aunque no se trata de obtener un gran triunfo porque esto no va a ser decisivo”, señala el académico de la Usach.
Respecto de las desconfianzas que genera a nivel de las dirigencias el futuro proyecto de reforma educativa, Mayol afirma que “la calle sí ha sido el actor relevante para definir la agenda de las políticas públicas del país, y definió los términos del gobierno actual, por lo que mal podría ahora el Ejecutivo decir que la calle no es el lugar” para poner los énfasis que buscan resguardar los principios levantados en 2011.
“El error de diagnóstico de la Nueva Mayoría es creer que esto se limita a la calle, y creer que el movimiento estudiantil ganó sólo en la calle. Eso no es así, porque ganó en muchos ámbitos como el espacio público, en la agenda política, en la agenda mediática, y se impuso en muchos espacios, pero no es el único administrador del proceso social, porque no lo hay”, analiza el sociólogo.
Finalmente, Mayol afirma que la tarea para los actuales dirigentes estudiantiles es mucho más difícil en comparación a la que tuvo la generación de 2011. “La gestión que se hace cuando estalla un conflicto tiene que ser muy hábil para lograr que sea bien fuerte, pero la liberación de energía ya se produjo. Eso no se puede hacer dos veces seguidas en política, y pretender que el 2011 se repita en 2012 o en otros años. (…) Estos dirigentes tiene que lograr enganchar con la ciudadanía y la gente en su casas, que es un proceso difícil que se logró en 2011 de marea muy exitosa, pero es algo que ha sido muy difícil de replicar”, finaliza el sociólogo.
El análisis de un ex dirigente universitario
Para Fielbaum, esta marcha permite poner nuevamente a los estudiantes en el control de la agenda pública. “Hay algunos que quieren que esto se limite al parlamento del Binominal, y a los partidos políticos que durante muchos años han demostrado ser muy estrechos para hacerse cargo de los problemas que hoy tiene Chile. Por eso, la exigencia básica para esta reforma educacional es que se construya de forma democrática y con una participación activa de la sociedad, y no en los estrechos pasillos del Congreso”, apuntó Fielbaum.
Finalmente, el ex presidente de la Fech destacó las dificultades que han sorteado las organizaciones estudiantiles para finalmente convocar a esta marcha. “Este es un año novedoso y con un gobierno nuevo, que partió con un terremoto y un incendio, que hicieron retardar varias de las acciones del Confech, y por supuesto es que un año difícil, pero la condición necesaria para el movimiento estudiantil es su unidad, y se han visto pasos para fortalecerla, que son muy positivos, y los dirigentes tienen que entender para que salgamos ganando, la discusión tiene que darse sobre los pilares principales y no sobre los proyectos particulares que el gobierno quiere impulsar”, finalizó Fielbaum.