La oleada reformista que llegó de la mano de los líderes de la Nueva Mayoría tiene preocupado a los “jinetes de la Concertación”. Tras la
Duro de Matar
Así se titulo el nuevo libro autobiográfico del ex senador y líder del Partido Socialista chileno, que sin dudas es más que una analogía a su larga trayectoria política; refleja exactamente su situación actual. En 2013, Camilo Escalona no quiso quedar atrás del liderazgo del actual presidente de su partido, Osvaldo Andrade. Tras haber sido presidente de la Cámara Alta, intentó mantener su posición boicoteando las primarias para despejarse como candidato por la Región de Los Lagos. Al final, decidió no participar ante la inminente derrota frente a Rabindranath Quinteros. Esto marcó una gran derrota para quien mandó a “fumar opio” a los defensores de la Asamblea constituyente.
A pesar del desaire -según su punto de vista- que su propio partido realizó con él, Camilo no se dejó intimidar. En acuerdo con su partido amigo, la Democracia Cristiana, hizo uso del cupo senatorial de esa tienda por la región del Bío Bío. Tragedia: el legendario líder de la transición quedó fuera del Congreso, siendo superado en votos por Alejandro Navarro, líder del MAS y Jacqueline van Rysselberghe, militante de la UDI.
Duro de matar (en términos políticos) y él mismo lo reconoce. Es por eso que anunció que retornaría a la política ni más ni menos que con una candidatura a la presidencia del PS, donde tendrá que enfrentarse con su ex delfín y operador, Osvaldo Andrade.
Defensores de “La Cocina”
Tras la reunión donde se zanjó el acuerdo tributario, en “la cocina” del ex ministro de Piñera, Juan Andrés Fontaine, muchas voces aprovecharon la instancia para recordar y criticar la vieja política “de los consensos” que dio vida a la transición. Quienes encarnaron ese proceso salieron al paso de las críticas, reviviendo de sus oficinas polvorientas, recordando quiénes son los verdaderos “cocineros”.
Andrés Zaldivar es uno de los viejos “jinetes de la Concertación” que apareció prontamente en nombre del gobierno de la Nueva Mayoría. El senador DC fue uno de los negociadores del acuerdo protocolar, y tras el incidente de “la cocina” señaló al Diario Financiero, “yo me siento chef de cocina, no cocinero, por lo que se logró: un muy buen plato que, a su mandante, le tiene que haber gustado”.
Estas declaraciones acaloró aún más el ambiente, en donde muchos integrantes de la Nueva Mayoría salieron al paso a desmarcarse de esta forma de hacer acuerdos.
Para completar la lista de los jinetes, reaparece Camilo. El lanzamiento de su libro no sólo fue en si un espacio para anunciar su retorno a la política, sino que se consolidó como una fuerte señal par dar cuenta de quienes son sus aliados: la Democracia Cristiana y los fanáticos de «Yo amo los 90». Entre compañeros de trabajo se entienden, se defienden: “la Concertación no está muerta” relatarán sus epitafios.
Volver a los 17 (después de vivir un siglo)
Es que según él, en el intento refundacional de la Concertación se deja entrever un “voluntarismo” peligroso, ya que “siembran expectativas que finalmente son inalcanzables”. Así mismo, lo reiteró su colega, Frei Ruiz-Tagle: “Con ánimo refundacional, tratan de situarse en un plano de superioridad moral entre quienes asumimos la tarea de recuperar y consolidar la democracia”.
Las declaraciones abren la discusión, los creadores de la transición salieron a advertir sobre los delirios juveniles. Con plazos y fechas, los ex dirigentes de la Concertación le pusieron caducidad a la Nueva Mayoría. Tal y como señaló Camilo un tiempo antes de la elección presidencial: “se dijo que en España el fenómeno social de los indignados iba a impactar en la elección y, al final, subió la participación electoral y ganó Rajoy. Acá se pronostica que, más allá del resultado, ambas coaliciones seguirán siendo las más representativas. ¿Ve alguna fuerza embrionaria capaz de disputar el predominio de la Alianza y la Concertación?”