Esteban Valenzuela e informe para la Descentralización: “Hay una destrucción del neoliberalismo”

Esteban Valenzuela hoy presentó el informe que resume más de seis meses de trabajo de la Comisión Asesora Presidencial para la Descentralización.

Momentos después de haber expuesto las principales conclusiones, convertidas en 70 propuestas concretas (revisa el informe completo acá) que buscan aumentar las atribuciones de la regiones, con capacidad para elegir a sus máximas autoridades, del destino de los recursos que ellas mismas originan, entre otros aspectos, “Teo” Valenzuela se mostró satisfecho por “la sinceridad” con la que se hablaron las problemáticas y defendió el carácter “constituyente” de la Comisión que encabezó.

“Fue la primera comisión presidencial constituyente. En 200 años nunca había habido algo así. Aquí, nosotros pusimos los muertos en tres guerras civiles, los que creemos en la libertad de los territorios, en el poder popular, en las asambleas provinciales autónomas, etc. somos los derrotados de la historia. Entonces hay una Comisión que se pone frente al centralismo chileno, que siempre se ha visto como la panacea, y dice ‘no, esto ha generado una hipertrofia en el 40% de la población y el 55% del PIB en Santiago, y ha generado provincias que tienen que mendigar proyectos, vivir en el vasallaje, además de una homogeneidad autoritaria, que no respeta la autonomía mapuche ni la diversidad», aseguró.

“No va a haber en la historia de Chile una comisión tan progresista. Esta comisión fumó opio, marihuana de Idahue, y se tomó un navegado de Valdivia”, afirmó con humor el presidente de la Comisión.

-¿Cuán difícil fue aunar posiciones dentro de la Comisión?

«No fue fácil. De esto se ha hablado tanto y yo le dije a la presidenta que no me voy a prestar para otra comisión banal, que realice asesorías banales. Yo me metí en las cifras, a las platas y a las dimensiones políticas. No quería terminar con el informe ramplón de decir ‘es importante que las regiones tengan competencias e ingresos económicos’. No, aquí queremos la Corfo, se requiere el Serviu regionalizado, que las regiones puedan generar empresas mixtas, que se puedan endeudar también a proyectos, y romper con un montón de ortodoxias de la derecha neoliberal. Aquí hay una destrucción del neoliberalismo, que generó centralismo con un Estado mínimo. Todo eso se rompe en esta propuesta».

«Necesitamos regiones, como en todos los países de la OCDE, que puedan cobrar impuestos, asociarse y que no estén solo para esta cosa que se llama FNDR (Fondo Nacional de Desarrollo Regional). Necesitamos que toda esta mierda, porque es una mierda, toda la pobreza que hay en el centro-sur y en La Araucanía, en que la Corfo se gasta la plata solucionando a grandes empresas en Santiago y no invierte ni capital semilla ni competitividad en los campesinos mapuche, mientras vemos cómo mueren las empresas en Tomé y a las textiles no se les mete capital».

«Todo eso es parte del desarrollo territorial con progresismo y también con control democrático para evitar a los chantas, los sobresueldos y los gastos superfluos. Nosotros hemos logrado proponer una arquitectura de izquierda, progresista, democrática, de descentralización como debe ser, que es lo que quieren los pueblos».

-Entre los 70 puntos de la propuesta, hasta ahora uno de los que más destaca es la elección directa de los intendentes. ¿Cuánto cambia realmente el que las regiones puedan elegir a sus intendentes? ¿Eso podría generar conflictos entre el gobierno central y los regionales?

«Bueno, eso es clave. No se trata de eso, y además el conflicto es sano, que un intendente electo defienda a sus regiones, quiera recuperar recursos naturales, el agua, la planificación de la costa, ensanchar el país, que se termine con los prejuicios; que Coyhaique no sea la ciudad más contaminada de América Latina porque el Ministerio de la Vivienda dice que no puede gastar más en el subsidio de la vivienda, y por tanto no puede tener aislación térmica. O sea, vivimos todos en este centralismo homogéneo ¡Hasta cuándo!».

«Chile se sigue quedando atrasado. Si se quiere ver desde el lado geopolítico, Argentina se despegó porque en su área, le ofrece casas de buena calidad a su gente, diez años de trabajo y acá no ofrecemos nada. Estamos hablando de caminar hacia un Estado potente, democrático».

-Esta propuesta también habla de una descentralización a nivel fiscal y que deje los recursos en donde se generan. Esa era una demanda bastante sentida en las regiones mineras, porque allí se genera gran parte de la riqueza del país.

«Y con toda razón, porque piensa que Calama está en los trendic de las ciudades más contaminadas de la OCDE, es la segunda ciudad más contaminada de América Latina, es el pique minero más rico del mundo, y no es capaz, no por pereza, de mantener un parque, porque no tiene derecho a mantener el agua. En nuestro norte, las empresas sanitarias venden el agua a las mineras y el Estado central, a través del Serviu, mantiene 15 parques en Santiago y ninguno en regiones. Estamos hablando de esa indignidad. En que Calama se merece una piscina temperada popular. Estamos hablando una justicia mínima, y hemos hecho la ecuación perfecta y es que el royalty minero crezca al 5%, lo que nos quitó la dictadura, y que la mitad quede en las provincias mineras y la otra vaya al Fondo de Convergencia Regional ayudando a El Maule, Biobío y La Araucanía para resolver la pobreza. Es una ecuación perfecta, progresista, de justicia estructural, como dije en el discurso».

-Otro punto importante es el Estatuto Especial para La Araucanía, que es una propuesta que puede resultar polémica ya que significa reconocer sólo en una región la plurinacionalidad, ¿por qué eso no se replica a nivel nacional?

«Ah, porque no nos hagamos los lesos: la presidenta misma me dijo que hay un montón de mapuche en Santiago. Pero ése no es el punto. El territorio mapuche, el grueso del Wallmapu, está allí. Y se requiere una arquitectura para que eso se fortalezca, y también hemos dicho que comunas de una región pueden trasladarse a otra en un plebiscito. Entonces probablemente Tiurúa, Cañete, Contulmo y Alto Biobío puedan incorporarse a la región mapuche única, y Mehuín en la zona de La Mariquina, lo mismo».

«Podemos dar esta dignidad, en un Chile que se hace más fuerte aceptando su diversidad, su plurinacionalidad, y que tengamos esta región mapuche maravillosa, en que ellos puedan decidir si quieren o no más pino radiata o pino eucaliptus, y defendamos un modo alternativo de desarrollo, más comunitario, más diverso. Eso es lo que se está reivindicando. Si otras regiones también lo quieren hacer, y Aysén también lo planteó, es bienvenido. Lo que nosotros estamos diciendo como Comisión es que aquí hay un mérito en el acuerdo que hemos tramado. Aunque dolió y crujieran, los cinco comisionados de La Araucanía, Heinrich Bon Vaer y Diego Benavente que vienen de la centro derecha, Ismael Tolosa que es radical, Marcelo Carrasco que es el presidente nacional de los Cores y el peñi José Marimán, que es profesor de la Alberto Hurtado y doctor en Ciencia Política,  logramos esta propuesta».

«La idea es que aquí tengamos una región que pueda cobrar sus impuestos, que pueda ponerle gran cacique, o gran peñi o lonko a su intendente electo, una región en la que la bilingualidad no sea una banalidad como lo es en Chile. Yo viví en Guatemala, y allá, en las ocho provincias de población indígena, hay academias de la lengua maya. En Chile no hay nada».

«¿Por qué no les entregamos los parques nacionales como lo hacen los argentinos en Bariloche y en Neuquén? ¿Por qué no empezamos un proceso de devolución? Hasta cuando el miedo a los habitantes de los territorios. Hagamos un reconocimiento de verdad a quienes expropiamos y violentamos y les quitamos las tierras, que esa es la verdad histórica, y que debemos mirar en su realidad para que puedan ser libres».

-¿Cree que es viable que estas propuestas, de ser completamente recogidas, pasen finalmente por el cedazo del Congreso?

«Yo creo que sí porque logramos romper la ortodoxia. Por eso le doy mucho mérito, por ejemplo, a Manuel Millones, consejero regional y comisionado, que me dijo ‘yo soy de la UDI popular, y bienvenido el caso Penta’, porque estaban boicoteando el cobrar impuestos a las empresas en regiones, que dijo que había que apoyar esto. Él, junto conmigo, ideó una arquitectura para que se paguen 10 centavos de dólar por carga de granel en los puertos, y 50 centavos de dólar por tonelada de container, para que el boom de las exportaciones que defienden tanto los neoliberales deje algo en San Antonio, Puerto Montt, Talcahuano, o Valparaíso, que es una ciudad que no tiene plata ni para mantener las calles».

«Aquí hay una arquitectura donde logramos involucrar a la DC y a la derecha. Arturo Fernandois es parte del staff de la UDI y apoyó la elección de intendentes. Eso hace ver que la propia derecha se reconcilia con cierta visión liberal democrática, en que no hay miedo. Y a estos liberales que le gusta la libertad económica también aceptan la libertad de los territorios».

-¿Qué le dice a la Presidenta?

«Que no tenga miedo. Ya estamos lanzados en el camino de la reforma, a lo constituyente, y no hay que quedarse en la mitad del camino. Hay que cruzar el río».