Avisos Legales
Nacional

Trabajadoras de casa particular «puertas adentro» seguirán trabajando 12 horas al día

Por: admingrs | Publicado: 08.10.2014

nana-con-sombrilla-”Pucha mamá, le he dicho miles de veces a la María que ponga la ropa doblada en el closet, no encima de la cama, además siempre confunde la ropa de mi hermana y la guarda en mi pieza”

-”Pero si es india, no entiende…yo ya le he dicho, no sé que hacer para que entienda”

Las “nanas” chilenas prefieren ser llamadas trabajadora de casa particular: es un nombre más largo pero es efectivamente lo que son, trabajadoras. Muchas de ellas señalan que el sobrenombre “nana” o “nanita” tiene un sentido de cordialidad que muchas veces no se condice con la realidad del trato laboral al interior de los hogares chilenos.

La Cámara de Diputados aprobó y despachó este martes el proyecto que modifica la jornada, descanso y la remuneración de las trabajadoras de casa particular.

Tras la aprobación de la nueva ley, se reducirá la jornada para las trabajadoras puertas afuera, de 72 a 45 horas semanales máximas. Además los días domingos son libre de manera obligatoria y los sábados (intercambiable) y domingos (irrenunciable). La normativa también prohibirá el uso obligatorio de uniforme en espacios públicos y obligará a establecer claramente las funciones en los contratos.

La paradigmática fotografía que circuló en los medios, donde una trabajadora de casa particular sostenía el quitasol con uniforme en un prestigioso balneario, develó las cientos de historias de mujeres que diariamente son abusadas en sus derechos.

asesora hogarHasta el momento, en los hechos, la regulación para el trabajo de asesoras del hogar establecía menos derechos que un trabajador de otra área, permitiendo en la legalidad sobrecarga de deberes y funciones.

Ruth Olate, dirigenta del Sindicato de Trabajadoras de Casa Particular, valoró positivamente la iniciativa: “para nosotras ha sido muy gratificante, porque ha significado un trabajo fuerte que hemos hecho junto al Gobierno y los parlamentarios”.

Sin embargo, la dirigenta señaló que “tenemos mucho miedo de que se vaya a incurrir en malas prácticas, en abusos. Esperamos que los empleadores cumplan la nueva ley y también nosotras las trabajadores tenemos que ser las mayores fiscalizadoras”.

Si bien la iniciativa limitará malas prácticas, aún permanece una cultura discriminatoria donde la ley no puede llegar. Marcela, trabajadora de casa particular, cuenta que le pidió a la hija de su patrona, una joven que entró a estudiar medicina en una prestigiosa universidad privada, ayuda para estudiar ciencias y así dar la prueba de selección universitaria (PSU). La patrona prohibió tal ayuda, ya que “dejaría de lado horas de trabajo”. Cuando hay visitas en la casa, Marcela y su compañera de trabajo deben almorzar en el lavadero.

Situaciones de este tipo son muy comunes y es bastante difícil una fiscalización de la Dirección del Trabajo, ya que no existe normativa alguna que sancione este tipo de actitudes. Muchas veces, el racismo y la desinformación permiten actos discriminatorios, como los dichos de la famosa modelo, Belén Hidalgo, sobre la trabajadoras de casa particular peruanas.

Patricia trabaja en una casa puertas adentro y su trabajo comienza apenas despierta y nunca sabe a qué hora termina. Además de hacer el aseo, planchar y cocinar, debe atender a su patrona y sus hijos. Hacer las camas, servir el café, buscar algo que no encuentren, y suma y sigue.

Ruth Olate valoró positivamente la iniciativa, aunque destacó que aún quedan cosas en el tintero.“El Código del Trabajo sigue siendo discriminatorio para las trabajadoras puertas adentro, ya que son 12 horas de trabajo, 12 horas de descanso, 9 horas ininterrumpidas, pero no estamos sujetas a horarios, sino a lo que digan nuestros empleadores; hay que trabajar en eso”, agregó.

Por esta misma razón, el diputado Gabriel Boric argumentó su voto en contra del proyecto, y enfatizó en que “si a estas trabajadoras se les respeta el descanso dominical más un día de descanso a la semana y trabajan como es usual 12 horas mínimo, tendrán una jornada de 60 horas a la semana, lo que supera con creces a la jornada del resto de los trabajadores. Si sumado a esto tenemos una fiscalización casi de papel, podríamos decir que en Chile cerca de 55.600 personas, dentro de cuyo segmento el 98.2% equivale a mujeres, están en un régimen prácticamente de esclavitud al no establecer un límite a la jornada de trabajo”.

 

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