10 personeros de la dictadura que la transición ayudó a blanquear

1-. Rodolfo Stange

El ex Director General de Carabineros, que sucedió a César Mendoza en la Junta de Gobierno, fue acusado pero absuelto por el caso Degollados por incumplimiento de deber militares y obstrucción a la Justicia. El 11 de septiembre de 1973, siendo prefecto, fue personalmente a buscar al regidor de Valparaíso, para trasladarlo al buque escuela Esmeralda, donde lo golpearon, se le dieron descargas eléctricas, duchas frías y otro tipo de torturas. Se negó a renunciar al máximo cargo de la institución en medio de los cuestionamientos por encubrimiento, solicitud que le hiciera el mismo presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle en 1994. Sin embargo, duró en el cargo hasta el año siguiente. En 1997 ganó las elecciones por la senaturía de Los Lagos como militante de la UDI. Terminó su periodo el 11 de marzo de 2006.

2-. Jorge Arancibia

Entre 1980 y 1982 fue edecán de Augusto Pinochet. Posterior a ello fue destinado como agregado naval en Buenos Aires. En 1997 alcanzó la máxima autoridad de la Armada, designado como Comandante en Jefe  por el presidente Eduardo Frei. Mientras el dictador estuvo detenido, viajó a a Londres para visitar a Pinochet, causando una fuerte polémica, pues aún ejercía la comandancia de una de la ramas de la Fuerzas Armadas. En medio de sus apariciones en la prensa, anunció que postularía como Senador por Valparaíso, ocupando un cupo de la UDI. Resultó electo en la carrera parlamentaria de 2001 como representante de la circunscripción 6, correspondiente a Valparaíso Costa.

3-. Rosauro Martínez

Alcalde de Chillán en 1989, fue designado por el Gobierno Regional en plena dictadura. Ingresó al Ejército en 1970 y se retiró en 1987 con el grado de Mayor. En 1993 fue electo diputado por el distrito 41 (Chillán, Coihueco, El Carmen, Pinto, San Ignacio, Pemuco y Yungay) apoyado por la coalición «Unión para el Progreso de Chile», y consiguió la reelección en dos ocasiones. El militante de RN se encuentra cesado de sus funciones actualmente, desaforado y procesado por su participación en los crímenes de Neltume, ocurridos en 1981.

4-. Alberto Cardemil

Desde 1984 fue subsecretario de Interior del régimen de Pinochet, y le tocó la ingrata tarea -para él- de dar lectura de madrugada a los resultados del plebiscito con el que se puso fin a la dictadura. Sin embargo, como la memoria es frágil y con «la llegada de la democracia», pudo ser diputado durante 20 años. Recién en 2014 concluyó su periodo legislativo por el distrito 22 (Santiago).

5-. Jovino Novoa

Desde 1979 a 1982 fue subsecretario General de Gobierno, uno de los tantos órganos que se encargaron de controlar a la prensa en dictadura. Seis años más tarde fue uno de los fundadores de la UDI, ocupando la vicepresidencia hasta 1991. Luego fue presidente de la tienda hasta 1998. En las elecciones parlamentarias de 1997 resultó electo senador por Santiago Oriente, y en las de 2005 se trasladó a la circunscripción Poniente. Alcanzó a ser presidente del Senado entre marzo de 2009 y marzo de 2010. Durante su periodo como subsecretario ocurrió el brutal asesinato del dirigente sindical Tucapel Jiménez por integrantes de la CNI ligados al Departamento de Organizaciones Civiles, que estaba bajo su dependencia.

6-. Julio Canessa Robert

Vicecomandante en jefe del Ejército entre 1982 y 1985, posteriormente fue nombrado miembro de la Junta de Militar de Gobierno hasta 1986, como representante del cuerpo legislativo que asumió esa función tras el Golpe. Con «la vuelta de la democracia», ingresó como senador designado en 1998 junto con Pinochet. Recién cesó sus funciones en marzo de 2006.

7-. Andrés Chadwick

Designado como presidente de la FEUC por Pinochet, y aunque no ocupó cargos de gobierno, él mismo aseguró que se arrepentía de «la violación brutal a los derechos humanos y tengo un profundo arrepentimiento de haber sido parte de un gobierno donde esos hechos sucedían». En 1977 participó en el encuentro de 77 jóvenes que le juraron lealtad al dictador en Chacarillas. Fue diputado entre 1990 y 1998, y luego sería senador por O’Higgins, pero en julio de 2011 dejó su cargo para asumir como ministro Secretario General de Gobierno en la administración Piñera.

8-. Jaime Guzmán

Fundador de la UDI, acérrimo militante de la dictadura y principal ideólogo de la Constitución de 1980, en la que formó parte de la comisión redactora. Luego dedicó gran parte de su tiempo al desarrollo del Movimiento Gremial. Fue electo senador por Santiago Poniente con el 17% de los votos, gracias al sistema binominal que él mismo ideó, dejando fuera a Ricardo Lagos que había logrado un 30% de las preferencias. Murió asesinado por atentado perpetrado por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez cuando salía del Campus Oriente de la Universidad Católica, donde hacía clases de derecho constitucional.

9-. Cristián Labbé

Coronel en retiro del Ejército, actualmente procesado por la muerte de 13 personas en Tejas Verdes. Hijo del también Coronel Alberto Labbé Troncoso, quien en 1972 fue pasado a retiro por negarse a rendir honores a Fidel Castro. Fue alcalde designado por la dictadura en Las Condes, durante 1979 y 1980. Fue el último Secretario General de Gobierno de la Dictadura. En 1993 fue candidato a diputado por Temuco y Padre las Casas, pero no resultó electo. Mejor suerte corrió en las urnas para las elecciones municipales de 1996, quedando al mando de Providencia y ganó cuatro elecciones seguidas, permaneciendo en el cargo hasta 2012. Durante la detención del ex dictador en Londres, viajó 14 veces a visitarlo, y en señal de protesta suspendió la recolección de basura a las embajadas de España y del Reino Unido, ubicadas en su comuna.

10-. Augusto Pinochet

¿Qué se puede decir del dictador que ya no se sepa? Probablemente nada. Era el hombre de confianza de Allende hasta el mismo día del Golpe, porque se había mostrado contrario a las fuerzas golpistas. Pero terminó gobernando el país durante 17 años. La «democracia» lo tuvo como senador designado, aunque también estuvo detenido en Londres y al volver al país, riéndose de todos, demostró que su estado de salud no era tan malo como para que no lo juzgaran. A pesar de eso, la justicia chilena lo alcanzó a desaforar, pero nuevamente su defensa jugó la carta de la demencia senil y no pisó nunca una cárcel. Las cuentas del Banco Riggs hicieron que no solo pasara a la posteridad como genocida, sino también como fresco.