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La unidad del movimiento social y las elecciones de la FECh

Publicado: 29.10.2014
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Este año fue complejo para el movimiento estudiantil. La Nueva Mayoría empezó su gobierno con la consigna de que este sería el momento de la reforma educacional, la cual supuestamente llegaba a hacerse cargo de las demandas levantadas por el Movimiento Estudiantil desde el 2011. De esta manera se vendría a cerrar un ciclo de lucha abierto por los estudiantes, mediante una reforma que prometía mucho pero que en los hechos ha concedido bien poco al movimiento social.

Es así como la última votación en la cámara terminó bajo un manto de polémicas, tanto por las diferencias dentro de la misma coalición respecto de la indicación para penar con cárcel el lucro en el sistema escolar, como por la negativa de una importante cantidad de parlamentarios a eliminar el lucro en las ATEs. Esto sin contar con las modificaciones que el proyecto de ley sufrió durante su composición, los que fueron flexibilizando sus puntos respecto a las promesas de campaña, principalmente en el caso de la eliminación de la selección y el copago. Es de esperar, además, que la situación siga empeorando, ahora que se pasa al trámite en el senado, donde la correlación de fuerzas es menos favorable para la Nueva Mayoría que en la cámara, y en donde ya tenemos la experiencia de los acuerdos con la derecha, como lo ocurrido con la reforma tributaria.

Ante esto, el movimiento estudiantil no podía renegar de su vocería social y debía responder a la reforma impulsada. Y eso es lo que hemos hecho, porque nos interesa conseguir los cambios estructurales levantados por el propio movimiento social.

La lucha contra el bloque neoliberal exige la mayor cantidad de organización, debate abierto y claridad política al movimiento estudiantil. La izquierda debe tener la capacidad de comprender este momento, buscando el fortalecimiento de sus reivindicaciones, sin perder nunca su perspectiva política e iniciando debates que pongan a la lucha estudiantil como una lucha propia del pueblo de Chile.

Por otro lado, los errores del gobierno vienen dados por el cierre del diálogo político con el movimiento estudiantil y en el mismo diseño de la reforma, abriendo el paso a las vacilaciones frente al objetivo de erradicar el lucro y fortalecer la educación pública. La derecha entiende esto, por lo que aprovecha de hacer campañas de desinformación en radios y con insertos en los diarios de circulación nacional, debilitando las posiciones tanto del gobierno como las nuestras. En este escenario, la lucha contra el bloque neoliberal exige la mayor cantidad de organización, debate abierto y claridad política al movimiento estudiantil. La izquierda debe tener la capacidad de comprender este momento, buscando el fortalecimiento de sus reivindicaciones, sin perder nunca su perspectiva política e iniciando debates que pongan a la lucha estudiantil como una lucha propia del pueblo de Chile. Debemos aprender a avanzar sin mezquindades ni caprichos, pensar en las mayorías del país y en la necesidad urgente de concretar más y mejor nuestra perspectiva de cambio social.

En otras palabras, buscamos la unidad de la izquierda que comparte nuestra actitud de diálogo político abierto y la convicción de la necesidad de democratizar Chile. Es en este contexto que nace el proyecto de “Somos Fuerza”, plataforma política que agrupa a compañeros independientes de todas las facultades de nuestra universidad, más la participación de fuerzas políticas como Izquierda Autónoma, Unión Nacional Estudiantil, el Colectivo Romanescu, Convergencia de Izquierdas y la organización en la cual participo, el Frente de Estudiantes Libertarios.

Los objetivos de “Somos Fuerza” son concretos y de perspectiva de largo plazo. Consideramos que no sería lo mejor para el desarrollo del movimiento estudiantil, darle alguna vocería de la FECh al gobierno mediante sus juventudes políticas partidarias. Debemos mantener la independencia política del movimiento y fortalecer su lucha contra el neoliberalismo y por una apertura democrática para nuestra sociedad. Queremos ser claros en esto: las vocerías que otorga la FECh siguen ocupando las posiciones políticas más relevantes al interior del movimiento estudiantil y social en general. No nos basta con ganar la presidencia, necesitamos obtener una clara mayoría en estas elecciones que nos permita mantener la independencia de nuestra federación y el CONFECh frente al gobierno e impulsar un programa que retome verdaderamente las banderas de la politización y movilización, en función de hacer de los estudiantes un actor que apueste a disputar y participar en la construcción de la reforma.

Invitamos a todos nuestros compañeros y compañeras a ser parte de este proyecto,  a leer las propuestas concretas que tenemos para nuestra universidad y la lucha estudiantil. Les decimos a todos ustedes que no estamos hoy aquí simplemente para disputar de manera más estratégica una federación, hoy estamos aquí forjando una alianza de carácter nacional porque queremos sentar un precedente y marcar un camino, uno en el que la izquierda transformadora se una tras objetivos, programa y prácticas concretas, porque creemos en la urgencia de empujar la historia hacia la construcción de un país más democrático, justo, digno y soberano, y porque sabemos que unidos Somos Fuerza.

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