El proyecto fue presentado en 2013 por los diputados Osvaldo Andrade (PS) y Tucapel Jiménez (PPD) y la iniciativa cuenta con el apoyo de parlamentarios de oposición, como Marcela Sabat (RN) y Gustavo Hasbún (UDI). La propuesta se sustenta en que dichos feriados son utilizados como día de descanso, más que como conmemoración religiosa.
“Chile tiene muy pocas vacaciones y muchos feriados. Somos de los países que tenemos menos y para eso es conveniente quitar cuatro días feriados y subir cinco días en las vacaciones”, argumentó Tucapel Jiménez. De ser aprobada la iniciativa, las vacaciones podrían aumentar en cinco días, aunque el incremento se realizará en proporción a la cantidad de años de servicio de cada trabajador.
La idea ya es resistida por la Iglesia Católica y la UDI, que señala que los feriados fueron acordados por el gobierno chileno y El Vaticano el 1 de febrero de 1915, y que una revisión sobre el tema requeriría de nuevas conversaciones entre la Santa Sede y el Ejecutivo. No obstante, se mostraron a favor de que los días de descanso de los trabajadores sean aumentados.
Durante las próximas semanas, la Comisión de Trabajo de la Cámara revisará el tema y tendrá, entre sus invitados, a la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Bárbara Figueroa, y la ministra del Trabajo Javiera Blanco.