Sin embargo, tras cerca de cuatro horas de conversaciones, la insistencia de los ministros dio sus frutos y la dirigenta de los trabajadores decidió dar su apoyo a la reforma, asegurando que se ha avanzado aunque hay asuntos pendientes que deberán resolverse y ser discutidos en el Parlamento.
“Hemos avanzado en cosas que esperábamos avanzar. Aún tenemos temas pendientes con el Ejecutivo que, de no resolverse en el marco de estos días, evidentemente, serán materia de debate en el Parlamento, pero sin duda, podemos decir que se ha avanzado”, aseguró Figueroa.
Lo bueno y lo malo de la reforma laboral
Además, se modificarán los artículos 159 y 161, que regulan las causales del despido. En adelante, ambos serán fiscalizados como prácticas antisindicales cuando sean utilizados tras una negociación colectiva, c0mo suele ocurrir hasta ahora en Chile. De esta manera, el trabajador podrá ser incluso reintegrado a sus labores si los organismos fiscalizadores –incluso los tribunales- así lo determinan.
Las diferencias persisten a la hora de hablar de la negociación interempresa, específicamente en materia de pisos de negociación. En este sentido, la CUT defendía la idea de que el IPC fuera un piso para la negociación y que los trabajadores tuvieran la posibilidad de negociar de forma sectorial. “Es una materia que nosotros vamos a seguir discutiendo en el Parlamento”, precisó Figueroa.
En la reforma se logró incluir una cláusula de género, que establece que en todas las negociaciones debe haber una mujer, siendo o no dirigenta sindical.
La dirigenta recalcó que no pueden decir que se alcanzó coincidencia plena con el proyecto que el gobierno enviará al congreso. En su opinión, la propuesta del Ejecutivo “abre una compuerta para que los empleadores puedan usar subterfugios en materia de abordajes de debate con la organización sindical”. Esto es porque se facultará a las partes para negociar pactos de adaptabilidad, que permiten que todos los asuntos puedan ser discutidos.
No descartan movilizaciones
La idea es evitar los cuestionamientos hacia la reforma laboral, evitando la repetición de lo ocurrido con los proyectos de reforma tributaria y educacional, que han significado una baja importante del apoyo ciudadano hacia el gobierno. En los próximos días, se realizará un despliegue en regiones con el objetivo de defender y publicitar la propuesta.
Para la presidenta de la CUT, sin embargo, “es una reforma medianamente buena”. Por ello, no descartaron acompañar su tramitación con movilizaciones, aunque eso debe ser definido por el Consejo Directivo Ampliado durante los primeros días de enero. La idea de la CUT es mostrar una distancia ante el Ejecutivo, debido a las amplias críticas y desconfianza que ha generado el desempeño de la directiva en las bases de los trabajadores chilenos.
Otros, como el senador PS Osvaldo Andrade, celebraron el acuerdo obtenido pese al rechazo de la oposición y los empresarios: «En el proyecto está incorporado todo el compromiso programático del proyecto de la presidenta Bachelet. Es evidente que habrá otros temas que conversaremos y para eso hay Parlamento y el lunes nos podemos pronunciar con respecto al contenido», señaló.