Durante este año, sin embargo, la situación se volvió más crítica. Pese a las promesas, los estudiantes, profesores, apoderados y trabajadores del LEA no han obtenido respuestas concretas y no tendrán más solución que dar inicio al año escolar 2015 en la calle, afuera de la antigua sede educativa que, tal como ellos recalcan, «albergó por años a los futuros artistas de nuestro país«, ubicada en Mapocho 3885, Quinta Normal.
Habiendo transcurrido 5 años desde la tragedia, la comunidad del Liceo Experimental Artístico continua sin un espacio físico que permita darle continuidad a su singular y escaso, a estas alturas, proyecto educativo.
La solución provisoria ofrecida por el Mineduc es un espacio compartido en el Liceo Polivalente Mixto Presidente José Manuel Balmaceda A-80, ubicado en Independencia. Sin embargo, el lugar no es suficiente para albergar a los 450 estudiantes y el desarrollo de sus disciplinas artísticas. Tal como ha señalado la comunidad, necesitan salas para poder desarrollar las clases convencionales y la de sus respectivas especialidades: danza, teatro, folcklore, telar y diseño, entre otras.
El desprecio de la educación del arte
Más de 450 jóvenes y niños aún no saben si podrán comenzar normalmente sus clases para este año. Esto es particularmente delicado si se considera que el establecimiento en cuestión es uno de los pocos dedicados a la formación de jóvenes artistas en Chile y que, por lo mismo, atrae a estudiantes de diversas comunas de Santiago.
El próximo 3 de marzo, los estudiantes contemplan comenzar el año escolar frente al edificio que sufrió los daños del terremoto y hoy se encuentra en completo abandono. La idea es sumar a los medios de comunicación y a los artistas a la convocatoria.
El liceo, hoy a cargo del Mineduc y la Corporación Educacional de Desarrollo Artístico, se mantiene a la deriva por un Estado que no está particularmente preocupado de incentivar dicho tipo de educación. Por ello, la comunidad ha comenzado a movilizarse y a organizarse para evitar a toda costa el fin del proyecto del LEA, uno de los pocos espacios públicos que aún abre las puertas a los jóvenes que quieren recorrer el camino, aún lleno de obstáculos, de los artistas en Chile.