Sin embargo, Díaz fue expulsado del lugar por un guardia, que lo acusó de ser un «estorbo» y un «sirvergüenza». Además, puso en duda su condición de no vidente y sugirió que fingía para obtener dinero
El episodio golpeó fuertemente al joven, quien terminó suicidándose horas más tarde en su hogar. Al respecto, Mauricio Díaz, su hermano, relató que “llegó súper triste a la casa, nos contó a todos que lo habían humillado acá en el metro, que habían dicho que él engañaba a la gente, que no era no vidente a pesar de que era visiblemente una persona con discapacidad. Andaba con su perro, tenía problemas visibles de marcha, no podía caminar bien”.
El hermano del joven recalcó: “No sé qué daño o qué inseguridad podría haberle provocado a Metro que él tocara su armónica, él la tocaba hace muchos años allí en el metro y tampoco engañaba a nadie, él no pedía monedas, la gente le daba monedas por el cariño que le tenían”, afirmó.
La protesta en Pudahuel, que contó con la asistencia de amigos, familiares y vecinos de Felipe Díaz, convocó a más de 200 personas. Todos exigieron terminar con los actos de discriminación.