En la instancia, la profesional fue interrogada por el fiscal a cargo, quien le consultó si ella también había cultivado cannabis. Paulina decidió decir la verdad sobre la posesión de plantas para uso personal y terapéutico y, tras su afirmación, el mismo fiscal ordenó su detención y la inspección de su hogar.
Las siete plantas cultivadas por González fueron incautadas, a pesar de que ella no autorizó voluntariamente el ingreso a su casa. Posteriormente, la psicóloga debió pasar la noche detenida en la Comisaría de Buín, a la espera de su formalización. Durante esta semana, en tanto, Paulina y su equipo enfrentaron el juicio oral con la intención de debatir sobre los derechos básicos de los ciudadanos, pero la discusión se instaló, como otras veces, en la falta al artículo 8 de la Ley 20 mil (cultivar sin permiso del SAG) y González fue condenada.
En entrevista con ElDesconcierto.cl, la psicóloga contó detalles sobre el juicio y llamó a los cultivadores a resistir e insistir en el largo camino de la despenalización del autocultivo en Chile.
¿Por qué y cómo decides autodenunciar tu cultivo de cannabis?
¿Fueron requisadas tus plantas posteriormente? ¿Cómo se llevó a cabo el procedimiento?
Claro, esto fue el 2013, mientras yo estaba preparando declaración por parte de la defensa en el juicio del doctor. Me preguntaron y yo contesté que sí y después de eso se produjo todo el procedimiento: vinieron a allanar, se llevaron las plantas, me llevaron detenida y al día siguiente se hizo control de detención. Durante todos estos meses, el proceso ha seguido adelante y el Ministerio Público me hizo una oferta de salida alternativa, juicio abreviado… diferentes mecanismos, pero nosotros avanzamos, igual que en el caso del doctor, a un juicio oral, para poder defender y plantear en el tribunal la perspectiva nuestra.
¿Cuáles fueron los planteamientos de tu defensa? Participó un parlamentario y ustedes apostaron por un cambio de paradigma.
Visto de esa manera, porque en ese contexto se da el cultivo, no como un hecho aislado en medio de la nada, todo está perfectamente acorde con el funcionamiento jurídico y el desarrollo de la sociedad, nosotros no estamos faltando a ningún principio realmente relevante. La idea es interpretar una norma cuyo objetivo no es perseguir a las personas, no podría serlo. La ley 20 mil está para perseguir al narcotráfico y proteger a las personas en el ejercicio de sus libertades y derechos. Yo estoy de ese lado y estoy siendo, en este minuto, criminalizada y vulnerada. Como familia, esa es la sensación que nosotros tenemos. En nuestro caso, son tres personas de la misma familia que han sido procesadas y ya son tres juicios con éste, con el afán de defender el ejercicio de libertad en nuestra búsqueda de realización espiritual, eso no puede ser un delito.
En muchos casos similares al tuyo lo que queda en evidencia es la contradicción de esta ley que, aunque no persigue el consumo, penaliza cualquier forma de conseguir esta planta.
Sin embargo, de alguna u otra forma, se tiene que utilizar este vacío legal que tiene la ley para poder defender el autocultivo. Eso es muy difícil para los cultivadores y lo vimos con la condena en tu contra.
Cierto, así fue. En este minuto nosotros estamos esperando que sea leída la sentencia, para ver cómo reaccionaron los jueces y también digerir el momento y lo que significa recibir esa respuesta del tribunal y del Estado hacia ti como ciudadano. Nosotros hemos acusado e instrumentalizado esta situación nuestra para promover un cambio. Esto tiene que ver con derechos humanos, no sólo con el uso de una planta. Creemos que el hecho de que este juicio fue tan público, en la determinación que ellos tomaron también iba a marcar un precedente y uno se imagina que quizás eso tiene un peso en el fuero interno de los jueces. Hoy, no están dispuestos a dar ese paso, pero lo otro es pensar que son poco inteligentes y creen que impartir justicia es hacer un check list de las cosas que están en la ley. Hoy el llamado es a que el poder judicial actúe con altura de miras y con integridad, no solamente con la mirada de hacer bien las tareas. Es muy importante mirar que este es un caso y hay otro caso donde el tribunal razonó diferente y esa es una buena señal.
Posibilidades de sentencia en estos casos. ¿Qué tipo de condena te darán?
Considerando todos los elementos que hay que tener en cuenta, lo menos que podría ser, es que me dieran 41 días de pena remitida. Eso en el mejor de los casos. En el peor de los casos, son los 541 días que está pidiendo el Ministerio Público y en ningún caso va a ser una pena efectiva, porque no tengo antecedentes. Pero ésa es una dimensión de la pena, la parte oficial del asunto, pero hay algo que uno paga con su familia, de forma anticipada todo este tiempo. Nadie repara eso, por eso la causa está en la Comisión Intermericana de Derechos Humanos (CIDH), acá hay una vulneración a la familia completa.
¿Qué te parece lo que ha hecho el gobierno respecto a la despenalización? Había muchas expectativas y familias esperando
Hay mucha gente esperando, eso es cierto. Hay gente que, mientras espera, está haciendo todo el movimiento y la resistencia que se requiere, porque la verdad es que el gobierno, yo veo que hay poco interés por saber qué está pasando de verdad. Hay poco interés por saber qué es lo que pasa detrás de este ruido, de esta llamada que hacemos con una intensidad muy notoria durante los últimos años. El gobierno está prestando poco oído, no saben lo que está pasando y no se interesan en saber. Eso es gravísimo. Nuestro deber es seguir llamando la atención con todo nuestro compromiso y trabajo. De otra forma, va a ser mucho más largo. Aquí hay una realidad de personas, de vida y de sufrimiento para muchos.