En entrevista con ElDesconcierto.cl, Collao explicitó la mirada de los pobladores respecto a las gestiones del gobierno, la falta de prevención y la indiferencia a las necesidades de los más pobres.
¿Cómo asimilaron desde los campamentos este desastre en el que terminó convirtiéndose la lluvia, luego de semanas de sequía?
Hoy día, de verdad, nos ha costado asimilar la situación y la realidad que se vive no sólo en Copiapó, sino a nivel regional. Tú entenderás que hoy nosotros tenemos un crecimiento de campamentos, una sobrepoblación asignada debido a la necesidad de viviendas habitacionales. Nuestros campamentos se componen por un alto porcentaje de familias extranjeras que llegan a nuestro país buscando oportunidades laborales y se encuentran con que la realidad es totalmente diferente, pero aún así, para poder cumplir sus objetivos, ellos se van a vivir a un campamento en las condiciones inhumanas que tiene hoy día la convivencia dentro de los asentamientos.
En los Loros, Tierra Amarilla, vivimos 200 familias y tuvo que ser evacuado porque se arriesgaban a morir. Estamos muy preocupados por la situación porque no ha habido una planificación ni un trabajo en conjunto con los dirigentes, específicamente. Ahí es donde comienza la molestia, porque detrás de un escritorio se pueden decidir muchas cosas, pero aquí, desde la realidad, se ve totalmente diferente la situación.
Hoy día escuchamos al subsecretario cuando la prensa le preguntaba y la verdad, nos afecta demasiado. No puedo entender la labor de la autoridad hasta el día de hoy porque nosotros siempre decimos: más vale prevenir que lamentar. Si ellos sabían lo que se venía, considerando que esta es una región que no está preparada para una lluvia de ese calibre y que por años fue caracterizada como zona seca. Sabiendo todo, no formaron equipos, sabiendo también cuáles eran las comunas que están hoy día en zonas de riesgos, no hicieron nada. Esperaron a que aconteciera todo y cuando estuvieron con la soga al cuello, lo único que hacen es decir que lamentan la situación. Estamos muy sensibles con todo este tema. Más allá de la situación de los campamentos, vemos que ha quedado un desastre, familias totalmente desplazadas, muchas solicitando ayuda porque no les ha llegado. No entendemos cómo ellos, la Onemi y las autoridades, que se supone que trabajan en conjunto, no tenían un plan antes de. ¿Por qué esperan que sucedan las cosas? Eso no se entiende hoy.
¿Cómo evalúas las operaciones de ayuda y rescate lideradas por los uniformados? ¿Han recibido ayuda oportuna?
Nos sacamos el sombrero ante el cuerpo de Bomberos. Carabineros también, los militares recién ayer se empezaron a movilizar. Carabineros y Bomberos, arriesgando sus propias vidas, se dispusieron a ayudar a la ciudadanía. Sin embargo, la dotación que había no dio abasto y muchos ciudadanos comunes, sin ninguna preparación, se arriesgaron para salvar a otros. Da mucha impotencia. Sabiendo que esta región genera muchos recursos, estas platas se van para otro lado y nosotros no vemos más que pobreza, en regiones que son ricas en cuanto a la minería. La minería se lleva millones de pesos y ¿cuál es el aporte que hacen a las regiones? ¿Cuál es el aporte que hacen a las comunidades? No puede ser que estas regiones tengan todavía campamentos. No hay control, esto se ha desbordado y pareciera que no les interesa, no se entiende lo que se vive hoy en la región.
¿Cuál es la situación específica de los campamentos? Considerando que hay viviendas destruidas, el escenario en los campamentos debería ser peor, ¿no?
El tema es que hoy tenemos un campamento en la entrada del Mall que se construyó en Copiapó, donde se gastaron millones de pesos. Tenemos un campamento anegado con agua donde ninguna autoridad se ha acercado a hablar. Ellos se tomaron la entrada del sector de la ciudad para reclamar, porque les dicen que autoevacúen, pero dime tú: un campamento muy estigmatizado, que en años no ha tenido una solución completa, que está ubicado al borde del río -con sus casas totalmente anegadas, baños reventados- pero siguen viviendo ahí.
Anoche no llegó ninguna autoridad a hablar con ellos y les dicen que tienen que autoevacuar, ¿a dónde se van a ir? Se han abierto albergues, pero la gente tenía que caminar y el barro no lo permitía. A los niños no los pueden sacar así a las 12 de la noche. Ellos prácticamente tenían que hacer dedo para que alguien de buena voluntad los llevara y a esa hora no pasaban vehículos. Al final, no se entiende el plan que tienen y ellos tampoco se han acercado a nosotros.
Los vecinos del campamento denunciaron represión tras la toma de anoche.
¿Hay planes de movilizaciones y organización?
¿Cuáles son las preocupaciones que tienen para los próximos días y qué le exigen a las autoridades en este contexto?
Nosotros hoy día queremos ver cómo se va a abordar este tema. Obviamente nosotros no somos invitados a sus mesas. Queremos ver cómo se van a organizar ellos, nosotros vamos a ser sus fiscalizadores de verdad. Estamos claros de que hay una necesidad de forma general, no solamente en Copiapó, sino que en Chañaral, Tierra Amarilla. Queremos saber cómo van a trabajar porque hasta el momento acá ninguna autoridad se ha acercado.
Lo único que podemos hacer nosotros es hacer un levantamiento de datos aparte de lo que ellos están haciendo y ver cómo podemos ayudar a nuestra gente. Nosotros somos una organización que nace desde los campamentos, de dirigentes que deciden organizarse, que deciden levantar la voz y decir ya basta, nosotros también estamos aquí y queremos una solución definitiva. Del 2014 al 2015, los campamentos han crecido a nivel regional y no hay un control ni nada.
Esperamos dar una semana de plazo para que la ayuda llegue y si no, es hora de que nos organicemos y rayemos la cancha, como se dice en buen chileno. Ojalá esto se de a conocer porque la prensa muestran lo macro, pero no la realidad que se está viviendo aquí, donde hay muchas familias que no han recibido ayuda, familias completas que están desesperadas, desamparadas, y la autoridad no sabemos qué está haciendo.