«La mayoría del profesorado está agobiado, con una sobrecarga enorme de trabajo que sobrepasa con creces lo que está establecido en su contrato o en su jornada laboral, esto por una cantidad enorme de trabajo administrativo y burocrático, mucho de eso inútil, porque no ayuda a hacer mejores clases», explicó Darío Vásquez, secretario de la institución.
Debido a la gran cantidad evaluaciones y presión a la que están sometidos los profesores, sus jornadas laborales pueden sumar de 10 a 20 horas extras a la semana. Esto, sin que ninguno de ellos reciba las compensaciones económicas respectivas.
Los docentes han argumentado que el agobio laboral que viven en los colegios ha terminado por afectar concretamente la calidad de la educación que reciben los estudiantes. Por ello, a través de la demanda 50/50, los profesores solicitan tener menos horas de clase y más horas libres en el recinto, para poder realizar su trabajo fuera de las aulas y no ocupar más del tiempo que deberían dedicar a sus familias y amigos.