Desde el primer minuto en el que se conoció que de los nuevos integrantes del gabinete, dos tenían un importante pasado en la poderosa consultora Imaginacción, el rango de acción de La Moneda quedó tempranamente delimitado a la influencia de una elite construida en la post dictadura, que avanzó en paralelo por el mundo de lo negocios y de la política.
En ello, la puerta giratoria entre el sector público y el privado ha sido la muestra más clara de cómo los interese de ambos mundos han mantenido vasos comunicantes durante largos años, y que mediante los enroques de un lado hacia el otro, han logrado permear y proteger el interés privado en varias discusiones.
Entre los actuales ministros, algunos reubicados y otros recién llegados, existen importante conexiones con el sector privado, dando cuenta que la promesa de transparentar por completo la relación entre uno y otro lado sólo se circunscribe al financiamiento, y no al fenómeno relacional en su conjunto.
Entre abril de 2006 y febrero de 2010, la ministra formó parte del directorio de una de las empresas administradoras de fondos de pensión por la que han desfilado distintos integrantes de la antigua Concertación, y que ha destacado dentro del cuestionado sistema previsional chileno por ser una de las AFP que más afiliados ha tenido a lo largo de su historia.
Poco importó entonces que Rincón ingresara al mundo de las administradoras de pensiones aunque antes, durante el gobierno de Ricardo Lagos, haya sido superintendenta de Seguridad Social. Y tampoco tuvo importancia que Rincón emprendiera su campaña senatorial siendo aún integrante del directorio de Provida, cargo al que renunció una vez que se integró a su función en el Congreso.
Sólo en 1990 registró un paso por Codelco en la vicepresidencia ejecutiva de operaciones por encargo, pero luego desarrolló su carrera muy apegada a dos grandes grupos económicos. En 1994 asumió como vicepresidente ejecutivo para Chile y Latinoamérica en la neozelandesa CHH, empresa que por aquellos años era dueña del 30% Copec, en asociación con el poderoso empresario Anacleto Angellini.
De allí en adelante, encabezó el International Paper (Grupo Angelini) y desde enero de 2004 a septiembre de 2013 fue el vicepresidente senior de la empresa forestal más grande del mundo. Antes también había ocupado la presidencia en Brasil (enero 2004 y enero 2009), pero en paralelo, fue director del Banco de Chile entre enero 2001 y enero 2008, del grupo Luksic. Al igual que Rincón, fue también director de AFP Provida (enero 1999 y enero 2006).
Las promesas de Bachelet
Pero es en la primera parte de estas estrategias donde las promesas formuladas por la Presidenta en su recordado discurso en cadena nacional del 28 de abril cobran una importancia fundamental.
Al respecto, cinco frases destacaron como parte central del nuevo espíritu de refundación y de probidad.
-“Nuestra vida política debemos fortalecerla, transparentarla y, sobre todo, separarla del poder del dinero que ejercen unos pocos”.
-“Transparentaremos completamente el financiamiento de la política y eliminaremos los aportes anónimos y reservados, y las empresas no podrán hacer aportes de ningún tipo. La transgresión de estas normas será considerada delito”.
-“También debemos fortalecer la calidad, integridad y transparencia de los que trabajan en el servicio público. Vamos a ampliar el rango de aplicación del Sistema de Alta Dirección Pública para trabajar en el Estado, para que los que lleguen ahí lo hagan por mérito y vocación. Y regularemos la capacidad del Gobierno de turno para designarlos y removerlos”.
-“Regularemos y fiscalizaremos de manera estricta la relación entre la política y los negocios”.
-“Regularemos la ‘puerta giratoria’ entre empresas y el servicio público, para impedir que autoridades y ejecutivos circulen sin límites entre ellas”.
A la luz de dichos anuncios, y tras el reordenamiento de las piezas al interior del gabinete, la primera prueba para predicar con el ejemplo no parece haber sido del todo exitosa.