«En la prensa se han publicado algunos titulares que anuncian que esta futura ley subiría nuestros salarios, valorando el mérito personal y dignificando al fin el ejercicio docente. Sin embargo, fue imposible encontrarlo de esta manera en las páginas del proyecto», señalaron.
Los profesores del Liceo A-1 fueron enfáticos en recalcar que no están en contra de ser evaluados, «pero esta evaluación debe estar relacionada con lo que aprenden y vivencian nuestros estudiantes en la dinámica de una comunidad educativa. La “tasación” que propone el proyecto se convierte en la práctica sólo en un trabajo extra, susceptible de caer en la falsa autoría e incapaz de observar qué sucede en las aulas y en la convivencia escolar cotidiana».
Además, criticaron que la Carrera Docente no considere responsabilidades profesionales importante en la vida escolar. Muchas de ellas, sin «correlato alguno en el salario». Por ejemplo, la jefatura de curso, la confección de material de didáctico e instrumentos de evaluación, las asesorías de centros de estudiantes y de padres, la representación de profesores en equipos de gestión o consejo escolar, la guía de profesores practicantes y otras actividades artísticas, deportivas o de convivencia interna.
«Esta ausencia no podemos interpretarla, sino como un profundo desconocimiento de las dinámicas propias de la vida escolar actual», apuntaron. Además, recordaron que el proyecto no mejora las condiciones laborales del profesor ni sus salarios, ya que «el bono de reconocimiento profesional es la única asignación que se incrementa, mientras que la asignación por experiencia (bienios) baja un 50%, otras varias – como la de perfeccionamiento – se eliminan. Aunque se ha expresado que no bajarán los sueldos actuales, esto no significa que se reajustarán en la medida actual».
Según los profesores, la hora cronológica real de trabajo de un docente sigue costando en Chile «la suma inaceptable de $3.233 para la educación media y $3.073 para la educación básica. Aún con las múltiples declaraciones de buenas intenciones, nuestro sueldo base permanece intacto».
La exigencia de aumentar las horas no lectivas tampoco fue escuchada por el Ejecutivo: 65% del tiempo de contrato frente a curso será considerado recién en 2018. Tampoco se modificará la cantidad de alumnos por sala, otra de las presiones denunciadas por los docentes.
Por otro lado, recordaron que el proyecto «no se pronuncia respecto a la salida de la carrera. Por lo tanto, ¿tendremos los profesores que movilizarnos todos los años para conseguir un bono de retiro que supla el tremendo daño previsional?», criticaron.