El evento comenzó a ser discutido en la asambleas, motivando una reflexión de parte los estudiantes hinchas del fútbol, quienes se comprometieron a alentar a Chile sin descuidar los paros, las tomas y las actividades recreativas del movimiento. Además, se planearon diversas estrategias con la idea de dar visibilidad a las demandas estudiantiles en los partidos, considerando la idea de desplegar un lienzo gigante exigiendo no más lucro en la educación en Chile.
«Cazuely», el personaje interpretado por Rodrigo Oteiza en imitación del mítico jugador de fútbol, apoyó en todo momento a los estudiantes, llamando la atención de hinchas de todo el continente a la hora de denunciar la crisis educacional del país.
«Nosotros venimos en representación de todos los estudiantes chilenos en esta gran lucha doble que es ganar la Copa América y la otra, ganarle a los usureros y mercantilistas que nos han tenido años pagando millones y millones de pesos por la educación que debería ser gratuita y que todos los países del mundo poseen, menos Chile», explicó Oteiza en Mendoza. Además, agregó que «no queremos que Copa América se preste para silenciar la revolución chilena».
Cerca de 30 x 50 metros midió la bandera que tenía el objetivo de encarnar la demanda del movimiento estudiantil en el evento deportivo. «Lo que queremos demostrar es que en Chile no se olvide que si bien vamos a tratar de ganar esta Copa América, también queremos ganar por la educación gratuita pública en Chile», expresó Cazuely en una entrevista.
Los estudiantes llevaban más de dos meses en movilizaciones masivas en las calles y el esperado evento deportivo no logró opacar sus demandas. Chile cerró su participación en la Copa América con una triste actuación ante Venezuela, cayendo por 2-1 en el último partido de cuartos de final. El movimiento estudiantil, en tanto, continuó su camino sin mayores consecuencias tras el torneo.
De cara a la próxima edición de la competencia que se realizará en Chile, el desafío es mayor y exigirá nuevamente de la creatividad de los estudiantes para combinar fútbol y demandas sociales, sin perder la tensión de un movimiento que vuelve a la carga.