Hasta el Juzgado de Garantía de Valparaíso llegó el pescador acompañado de su familia, trabajador de la caleta El Membrillo, además de su abogado Daniel Iturra, quien enfatizó en que lucharán para que la querella no pase a la Justicia Militar.
Tras el accidente, Riquelme debe usar anteojos oscuros durante todo el día, producto de trauma ocular con el que quedó. Al respecto explicó que «el problema en mi retina quedó para siempre, ya no existe operación que me reponga el porcentaje de vista que perdí. Esto me ha afectado mucho, no sólo porque no puedo trabajar, sino que a toda mi familia. Tengo cinco hijos y tengo que mantenerlos. ¿Qué hago ahora que perdí parte de mi visión y no puedo pescar?», cuestionó.
Riquelme relató que el pasado 25 de junio se encontraba con otros compañeros de trabajo protestando por la modificación a la Ley de Pesca, y en eso «llegó carabineros con el ‘guanaco’ y pensé que todo quedaría en eso. De pronto sentí un golpe en la cara muy fuerte. Me habían lanzado una lacrimógena al rostro. Me llevaron a la posta y comenzó todo esta tragedia».
Juan Riquelme justificó la protesta que realizaban con sus compañeros afirmando que es «la única forma que tenemos los pescadores de manifestarnos y que nos escuchen es con las protestas y es injusto que nos traten de esta forma».
Por su parte, Miguel Ángel Hernández, presidente de la Federación de Pescadores Artesanales “Nuevo Amanecer” recordó que el caso de Riquelme no es el único, ya que en San Antonio, «uno de los nuestros terminó con su cráneo fracturado por la violencia con que carabineros está enfrentando estas manifestaciones».
«Solidarizamos por completo con este caso y seguiremos de cerca las acciones legales que se están llevando a cabo para conseguir justicia», concluyó Hernández.