«Me pareció que la forma fue abiertamente ninguneante de parte de Burgos, entendiendo que Huenchumilla no era un intendente más, era el simbolo del gobierno de las transformaciones, supuestamente empoderado para resolver una de las demandas estructurales más complejas que ha tenido que abordar el Chile post Pinochet», reflexionó el historiador mapuche Fernando Pairican.
En su opinión, sin embargo, la destitución era esperable y «simboliza el giro conservador del gobierno, es abiertamente el inicio del segundo tiempo del gobierno, en que Huenchumilla pertenece a otro momento político, el momento de la euforia, donde Caval y SQM no existían. Y por ende, el gobierno no se había erosionado en credibilidad. Burgos le coloca la lápida a las reformas, y a mí parecer, la lápida a la Nueva Mayoría. Con la actitud de ayer, es el retorno de la Concertación y su historia de malas prácticas en referencia la política indígena. Es un retroceso, lo cual, al mismo tiempo, visibiliza que la Nueva Mayoría no tenía el capital político para concretizar sus promesas de transformaciones».
«La salida de Huenchumilla y la forma de efectuarlo, genera un momento de retroceso en las confianzas, es la continuidad de la política concertacionista de los 90, tal vez«, sentenció, asegurando que si la propuesta dejada por Huenchumilla es considerada, se podría hablar de una política novedosa para solucionar el conflicto entre el Estado de Chile y el pueblo mapuche. Sin embargo, sus proyecciones no son optimistas: «Viendo los tiempos políticos que quedan, sumado a la cuenta anual donde la materia indígena fue no tema, creo que el objetivo es contener cualquier aspiración política de parte de los pueblos indígenas. Se avanzará en materias multiculturales, pero no se avanzará en materias pluriculturales», agregó.
LONCON: «SE HA DESDIBUJADO LA PROPUESTA POLÍTICA DE BACHELET»
«En ese sentido él siempre se planteó como mapuche frente al gobierno, pero el gobierno tiene incapacidad de comprender este discurso, por razones críticas pero también culturales. Es un gobierno que no ha cambiado su estrategia de dominación hacia los pueblos originarios y sigue inserto en esta estructura, por lo tanto se va a comportar como otro dominador más», argumentó.
En opinión de Loncon, para una gestión exitosa de Huenchumilla, era necesario que otro interlocutor, desde el propio gobierno, fuera capaz de reconocer y comprender las demandas históricas del pueblo mapuche. «Así hubiéramos avanzado en lo que él proponía, que era autodeterminación y devolución del territorio. Porque lo que sostuvo Huenchumilla está reconocido a nivel internacional, no es su invento ni arrogancia indígena, son los derechos que el Estado tiene que proteger».
Para la académica, este gesto evidencia que se ha «desdibujado la propuesta política de Bachelet». Durante el pasado 21 de mayo, la Presidenta volvió a plantear un diálogo con el pueblo mapuche, destacando incluso la idea de avanzar en educación intercultural, pero «no tiene sustento en quienes la acompañan».
«Los ministros están completamente ausentes de las demandas de los pueblos indígenas, hasta el momento ninguno ha recibido alguna declaración de nuestro pueblo y lo hemos pedido cien veces. No quieren conversar con los pueblos indígenas y esa es la realidad», finalizó.