Once centros de policultivos a mar abierto con una inversión de US$2.600 millones implica el proyecto acuícola que la empresa Cultivos Pelícanos quiere desarrollar en Cobquecura, Coelemu y Trehuaco, en la Región del Biobío.
La iniciativa, que ya fue enviada al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) para ser analizada, ha generado un fuerte rechazo en los habitante de la zona. Esto porque los policultivos de cojinova del norte, salmones, choritos y huiro estarán ubicados entre 1,6 y 1,9 kilómetros de la costa de Cobquecura, lo que afectaría de forma negativa al ecosistema marino y terrestre.
«Nosotros queremos cuidar Cobquecura porque es un santuario de la naturaleza y sabemos de las malas prácticas de las empresas», dice Carolina Bustos, vocera de «Todos Somos Cobquecura». El estudiio científico en el que se basan concluye que en el entorno de los criadores de salmones, que consideran como un problema ecológico, no existe ningún tipo de vida en el agua.
El movimiento «Todos Somos Cobquecura», que se opone a la creación de Cultivos Pelícanos, asegura que la presencia de salmones destruiría el fondo marino, contaminaría las playas con pesticidas y productos químicos, propagaría enfermedades a las especies locales y afectaría en la muerte de lobos marinos.
Lo anterior se basa en un estudio de 2010 realizado por el Instituto Max Planck de Dinámica y Organización que concluyó que en el entorno de los criadores de salmones, que consideran como un problema ecológico de dimensiones, no existe ningún tipo de vida en el agua. «La cría de innumerables salmones demanda el uso de medicamentos y pesticidas, a los que se suman los excrementos masivos de los pescados y los restos de comida que flotan en el agua. El salmón atlántico trae aparejadas enfermedades nuevas al Pacífico, poniendo en peligro a las especies nativas», dice el estudio, según consigna Emol.
«Nosotros queremos cuidar Cobquecura porque es un santuario de la naturaleza y sabemos de las malas prácticas de las empresas», dice Carolina Bustos, vocera de la organización que reúne a cerca de 100 personas, según el mismo diario. Mientras que desde la empresa aseguran que «la presencia de lobos marinos es una situación que todos los centros de cultivo de peces enfrentan y para lo cual la autoridad exige una serie de resguardos, los que por cierto están considerados».
Actualmente el proyecto está en pleno proceso de calificación, dentro del cual existe una instancia de participación ciudadana donde se le exige a la empresa que entregue información a la comunidad.