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Ruth Olate:» Hay una injusticia muy grande y eso tiene que ser cambiado en la Constitución»

Por: Pablo Álvarez Y. | Publicado: 04.03.2016
Ruth Olate:» Hay una injusticia muy grande y eso tiene que ser cambiado en la Constitución» ruth_olate2 |
La presidenta del Sindicato de Trabajadoras de Casa Particular y miembro del Consejo de Observadores del Proceso Constituyente comentó además su experiencia en esta instancia: «He tenido que atreverme a decir ciertas cosas, porque una está acostumbrada a verlos como el empleador. Pero ahí ya no veo a ninguno de esa forma, somos todos iguales nombrados por una Presidenta».

Ya van diez sesiones del Consejo de Observadores del Proceso Constituyente en Chile y para Ruth Olate, presidenta del Sindicato de Trabajadoras de Casa Particular, ha sido conocer un nuevo mundo. “Al principio estaba complicada pensando todo el rato «¿Qué hago acá? ¿Qué miercale voy a decir?». Hablaban en chino, no entendía nada. Pero dije ‘bueno, a lo mejor se ve que tengo que estar acá para decir lo que nosotros vivimos y experimentamos’.

Su llegada a la instancia no careció de polémicas. Al otro día de su nombramiento, ya El Mercurio de Valparaíso hacía una mofa, publicando una caricatura titulada “Colega”, que mostraba a una asesora del hogar que decía a sus patrones: “Señora, no se enojarán que me sienta un poco ‘Monitora de la Constitución’?”.

Caricatura Ruth

Aunque Ruth calificó la caricatura como un “golpe” a su sector, asegura tomárselo para la risa: “Ahí pensé: ‘Pucha que son rápidos de mente para escribir cosas tan vanas”. Además que hay gente que con la nada misma son grandes mujeres. Por ejemplo Casimira Rodríguez, mujer trabajadora fue ministra de Evo Morales. Se le criticó mucho porque era una trabajadora, se preguntaban qué iba a hacer. Ella dijo: ‘¿Quién sabe más que nosotras de justicia?’ «.

Hoy ya se siente más empoderada en el Consejo y sus colegas la valoran.“Ruth ha sido un aporte fundamental y ha insistido mucho en que el debate del Consejo sea transparente, llegue a todo el mundo y asegure la participación efectiva de la mayor cantidad de ciudadanos. Ella cuestiona el que en Chile estemos acostumbrados a que un grupo de expertos sea el que discuta, si es que discute, y tome decisiones en una habitación cerrada”, dice Salvador Millaleo, abogado y profesor de la Universidad de Chile y miembro de la instancia.

“He tenido que atreverme a decir esas cosas, porque una está acostumbrada a verlos como el empleador. Pero ahí ya no veo a ninguno de esa forma, somos todos iguales nombrados por una Presidenta. A ninguno le voy a decir ni ‘señor’, ni ‘don’ «, dice Olate.

Últimamente han sido problemas de salud –un coma diabético y un cáncer de mamas- los que han hecho que se pierda un par de sesiones. El 22 de marzo, mientras se desarrolle la marcha por la Reforma Laboral convocada por la CUT, Ruth entrará a pabellón por este problema, que además la hizo declinar una oferta de parte de Revolución Democrática, con quienes trabaja, para ser concejala. A pesar de esto, insiste en que al menos hasta el 17 no quiere perderse más sesiones del Consejo de Observadores, con el que siente un profundo compromiso.

¿Cómo ha visto el desarrollo del Consejo de observadores desde sus inicios?
-Primero que nada me sentí súper feliz de tener un espacio en ese consejo, porque el pueblo tiene muchas cosas que decir. Somos muy poquitas del pueblo -Juanita Parra, Beausejour y nosotros-. Y hemos pedido que las actas sean completas, que se levante una página web para ser lo más transparentes posibles. Creo que eso se ha dado hasta la fecha, por lo que estoy contenta.

Ha sido crítica al lenguaje técnico que se ocupa.
-Es que a veces los que son profesionales olvidan que no pueden expresarse de forma tan técnica, tienen que bajar su manera de hablar para llegar a la gente. Muchas veces una por no pecar de ignorante se queda callada sin entender. Lamentablemente no he podido estar en las reuniones que se ha visto el tema de los facilitadores, pero lo que más se les debe pedir es que su manera de llegar a la ciudadanía sea fácil y entendible. Como decimos, con peras y manzanitas.

¿Qué otros temas le complican?
-Una cosa es el que seamos tan pocas mujeres, solo tres (Cecilia Rovaretti, Juanita Parra y Ruth). Otra cosa que he planteado es que así como escuchamos a los partidos políticos, deberíamos recibir a las organizaciones sociales. Todavía no se les ha escuchado y eso es una falencia enorme.

¿Cuáles les gustaría que participaran?
-Todas. Nosotras mismas, las temporeras que tienen mucho que decir, los pueblos originarios. Todos tienen que ser escuchados porque son precisamente los ninguneados y desprotegidos. La Constitución hoy está para la gente de bien, pero ¿qué hay de nosotros? Por ejemplo, hay cierta gente que hace esos tremendos robos y le dan una firma, mientras que a los vendedores de la calle los meten presos. Hay una injusticia muy grande y eso tiene que ser cambiado también en la Constitución.

¿Cómo siente la responsabilidad de representar a justamente a ese sector más vulnerado?
-Creo que tenemos que llevar la voz del pueblo, de aquellos que lloran por justicia. Este consejo necesita, sin criticar, más gente de organizaciones sociales, que hagan un llamado tremendo a los ciudadanos a que se pronuncien. La gente que protege esta Constitución no sabe lo que es estirar 250 mil pesos al mes. Si no estamos pronunciándonos nosotros mismos no va haber ningún cambio.

¿Cree en una Asamblea Constituyente?
-Yo creo que debiera haber una Asamblea Constituyente y debiera haber un cambio radical. Pescar la Constitución, tirarla y escribir una nueva para todos los chilenos, donde no solo esté una parte favorecida y otra con migajas o ni siquiera. Hay muchas trabas, por ejemplo el hecho mismo de que no se puedan hacer reformas por los altísimos cuórums.

Precisamente esta semana, con votos de parlamentarios de derecha, no se alcanzaron los 79 votos necesarios para derogar el artículo que impide que dirigentes sociales pudieran postular a cargos parlamentarios.
-Da pena y es fuerte. Quiere decir que siempre necesitan tener a la gente trabajadora amarrada. Continúan teniendo como esclavos a los trabajadores. Esto da hincapié para seguir trabajando por un cambio en la Constitución, y que los que luchamos por esto digamos «aquí estamos nosotros y queremos defender nuestros derechos».

» Siempre necesitan tener a la gente trabajadora amarrada. Continúan teniendo como esclavos a los trabajadores. Esto da hincapié para seguir trabajando por un cambio en la Constitución, y que los que luchamos por esto digamos ‘aquí estamos nosotros y queremos defender nuestros derechos’ «

Ruth Olate

Los detalles de la lucha por una nueva ley de trabajadoras de casa particular

El 8 de marzo pasado, día internacional de la mujer, el pueblo de Santa Juana había recibido a Ruth Olate con un homenaje. La celebración era por impulsar una nueva ley para las trabajadoras de casa particular, cuyas condiciones ella misma definía como dignas de una “esclavitud moderna”.

La ley- que, entre otras cosas ,contempló la obligatoriedad de un contrato, una jornada que no excediera las 45 horas semanales distribuibles hasta en un máximo de seis días y un descanso de doce horas para trabajadoras puertas adentro- fue una lucha de años. Pero, al llegar al Congreso, tuvo un rápido trámite. En el Senado tuvo apoyo unánime y en la Cámara tuvo 106 votos positivos y solo uno en contra del diputado Gabriel Boric, quien subió esa jornada a explicarle a Ruth sus razones:
-Yo no puedo votar por este proyecto porque la fiscalización no va a ser efectiva, van a quedar tal cual.
-¡Pero después lo mejoramoos! ¡Sacamos una moción!- respondía Olate.

Yo creo que él fue consecuente, aunque todavía tenemos que reunirnos para sacar una moción para que la fiscalización sea más efectiva”, dice la dirigenta, que además asegura tener un teléfono directo con la Dirección del Trabajo y que ya tienen varios casos ganados al respecto. “Nuestros empleadores no han estado muy contentos”, agrega.

Previamente el trámite de la ley le había valido una disputa con la ex ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, que se declaró “decepcionada” luego de que habiendo trabajado con ella el inicio del proyecto, Ruth recibió a Michelle Bachelet cuando llegó en 2013 a anunciar su candidatura.

¿Cómo fue esa polémica con la ex ministra?
-Lo que pasa es que como sindicato no podemos tener color político, tenemos que conversar con todos. No solamente es un sector el que vota una ley. Yo nunca pensé en las consecuencias que tendría el recibir a la presidenta al aeropuerto. Tuvimos que sacar un comunicado de prensa rápidamente, hablando de la autonomía del sindicato. Igual yo creo que fueron desafortunadas las declaraciones de la ex ministra Matthei. Nos llevábamos bien con ella porque en el gobierno de Piñera, nadie nos tomó en cuenta hasta que ella asumió. No llegamos a acuerdo, es verdad. Pero trabajamos en el proyecto que, si dicen hoy que es malo, ¡antes era pésimo!

Al final supongo que no fue un tema de lealtades, sino de mejorar las condiciones de las trabajadoras.
-Exactamente. Nosotras nos debemos a nuestras compañeras, a nuestra gente. A los políticos tenemos que pedirle y son los que firman, pero no le estamos pidiendo a nuestros amigos, es a nuestros empleadores. Todos ellos tienen trabajadoras. Eso lo hace más difícil todavía.

Y después de Evelyn Matthei, ¿cómo impulsaron la ley?
-Cuando salió del ministerio para tirarse de presidenta, entró Jobet. No era tan pesado, pero el subsecretario (Fernando Arab) era un plomo. No pudimos continuar con el proyecto, por lo que logramos trabarlo y pasarlo al nuevo gobierno. Ante todo esto me criticaban diciendo que la Presidenta Bachelet no iba a hacer nada por nosotros. Tuve que mandar una carta a su comando para que viniera a nuestro sindicato, estuvo aquí con nosotras, y ahí la comprometimos. Ella públicamente se comprometió a que, si entraba al gobierno, iba a poner las indicaciones que requeríamos, y así fue.

 

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