Avisos Legales
Nacional

El estreno clandestino de la película sobre Colonia Dignidad que reunió a abogados, investigadores y víctimas

Por: Yasna Mussa | Publicado: 22.04.2016
La película que se proyecta desde hace dos meses en los cines de Alemania fue vista por un grupo de víctimas, quienes compartieron sus experiencias en una jornada de reflexión y lejos de las cámaras y la alfombra roja.

En el patio de una casa de Ñuñoa, decenas de sillas repletan el espacio. Tienen la disparidad de la improvisación. Al fondo, un telón se instala para proyectar un film.

Es una fría noche de miércoles en Santiago, un día antes de que se estrene de manera oficial, pero tímidamente la película Colonia. La exhibición se hace lejos de los medios, de los flashes, de la alfombra roja. Aunque  la protagonizan actores tan conocidos como Emma Watson y Daniel Brühl, el largometraje no tendrá la parafernalia que tuvo la cinta Los 33, producción hollywoodense que se inscribió como el evento del año 2015.

La indiferencia no parece accidental. Colonia , dirigida por Florian Gallenberger, es una denuncia, desde la ficción, del centro de torturas, pedofilia, abusos y esclavitud que fue, y en cierta medida sigue siendo, según denuncian, Colonia Dignidad.

Un Estado dentro de otro, fundado por el alemán Paul Schäfer, que se fortaleció y enriqueció durante la dictadura, apoyado -hasta hoy- por políticos de todos los sectores. Esa complicidad y relación con los poderes fácticos parece ser la pista del porqué una cinta que tiene como figura estelar a una estrella con millones de seguidores, como lo es Emma Watson, y que podría convertirse en éxito de taquilla, no está en aún en ninguna cartelera comercial, ni empapela las calles del país ni mucho menos ocupa una gigantografía en la gran ciudad.  Fue recién ayer que el realizador Florian Gallenberger aclarara a 24Horas que sí se estrenaría y que sólo falta determinar la fecha.

Pero la memoria a veces se impone. Y pese al frío, un grupo de personas decidió unir fuerzas y abrir un espacio para reflexionar, para que aquellos que no conocían detalles tuvieran la oportunidad de informarse, pero, sobre todo, para que protagonistas de la historia real, pudieran contar su testimonio como otro paso en su solitaria lucha frente a la impunidad.

Fue así como se convocó por correo electrónico a conocidos y amigos que quisieran ser espectadores de una proyección «pirata» para desafiar el silencio. Se repartió vino, café y pequeños bocadillos para menguar el hambre que llega puntual, y se dio play al largometraje.Fosas_en_Colonia_Dignidad_01

Las imágenes transitaron por el horror, la brutalidad, el suspenso, pero sobre todo, por el dolor. Cuando se levantó el telón y la ficción desapareció, la realidad dio paso a la intimidad. La gente levantó sus sillas, se acercó en silencio y se cerró el círculo para oír de cerca la versión del guión original. Uno al lado del otro, se instalaban de derecha a izquierda: Luis Henríquez Seguel, ex director nacional de la Policía de Investigaciones (PDI), quien logró vencer el cerco en torno a Colonia Dignidad y realizar los primeros allanamientos; Sandro Gaete, detective investigador de la Brigada de Derechos Humanos; Heinz Kuhn, ex colono alemán que llegó a Chile engañado por Schäfer, torturado y perseguido; Efrain Veuhoff, ex colono chileno, secuestrado a los dos meses de edad y que logró escapar a los 32 años; Marisol Villanueva, detective en retiro, la primera en atender y derivar a un niño víctima del alemán; y Hernán Fernández, abogado querellante del caso. El panel fue presentado y moderado por Marcelo Araya, periodista que ha seguido y denunciado los abusos de Colonia Dignidad a través de varios reportajes.

Uno a uno, fueron relatando sus experiencias en torno a este asentamiento enclavado a 40 kilómetros al este de Parral y que por más de medio siglo ha funcionado con sus propios parámetros. Cada uno de ellos, ha visto o experimentado los episodios de violaciones a los derechos humanos que han sucedido en ese espacio donde hoy funciona un hotel y complejo turístico.

Quienes llevaron el caso policial, aseguran que ha sido difícil porque hubo mucha gente que así lo quiso y hubo jueces de Talca que abiertamente defendieron a los jerarcas de Colonia Dignidad. Aseguran, también, que quienes hoy publicitan el espacio de “tradiciones alemanas», donde se celebra el Oktoberfest, con más de cien hermosas hectareas para disfrutar, son los hijos de los antiguos jerarcas que se disfrazan de víctimas.

-Yo fui torturado en el comedor donde hoy sirven chucrut, decía Heinz Kuhn.

El alemán, un hombre de avanzada edad que todavia mantiene un acento germánico, es una víctima directa de los abusos de Schäfer, quien castigó su fuga con descargas de electrochoque. Úrsula, su esposa, fue obligada a abortar en ese espacio de torturas que hoy es centro de eventos sociales y políticos.

Aunque para la mayoría la historia de Colonia Dignidad muere con Paul Shäfer, lo cierto es que aún quedan demasiados cabos sueltos de un espacio que ha servido como epicentro de operaciones de una mafia internacional. Para Alemania es un problema chileno y para Chile, un problema alemán.

Sus víctimas no han recibido ningún tipo de reparación y han sido abandonadas a su suerte, sin considerar el estado de aislamiento y desconexión de la realidad en que crecieron. Muchos de los que escaparon, tuvieron que volver porque simplemente no sabían hacia dónde ir o a quién recurrir. Se trata de niños que fueron separados de sus padres, amamantados por cualquier mujer con suficiente leche para cumplir con el rol de nodriza y de esta manera, no crear ningún lazo afectivo entre el infante y su madre.

Un hombre pide la palabra desde el fondo del público. Se presenta como profesor y cura, ex miembro de la Vicaría de la Solidaridad, y expresa su frustración ante todo el trabajo en materia de Derechos Humanos que quedó abandonado entre miles de archivos que se llenaron de polvo.

-Yo, en nombre de mi Iglesia, te pido perdón-, dice el cura con la voz entre cortada.

El silencio es general. La atención, quizás por primera vez, le pertenece a las víctimas. Son ellas las que cuentan detalles, repasan episodios de terror y despejan las dudas de los presentes. Concuerdan en que la película es apenas un ejemplo de lo que allí ocurrió. Sostienen, que es importante que los chilenos la puedan ver.

Lo cierto, es que Colonia se estrenó en Alemania el 18 de febrero pasado y hace una semana en Los Ángeles, Estados Unidos. En Chile, la producción alemana no tendrá estreno oficial en el que desfilen autoridades y el jet set nacional.

La corrupción, el tráfico de influencias, el de armas y la complicidad de diplomáticos, autoridades locales y políticos, han hecho que este caso parezca un puzzle interminable donde uno de los jugadores hizo desaparecer varias piezas. Asi, incompleto, el ejercicio de hablar sobre lo ocurrido, relatar los procesos y compartir la proyección cinematográfica en una copia pirata descargada de Internet se convierte en una proeza. Un ejemplo, de la inagotable lucha de las víctimas que aún esperan su propio guión con un final feliz. Ese, en el que gana la justicia.

Déjanos tus comentarios
La sección de comentarios está abierta a la reflexión y el intercambio de opiniones las cuales no representan precisamente la línea editorial del diario ElDesconcierto.cl.