Publicidad

Obispo Stegmeier: El cura ‘anti mapuche’ apuntado como «responsable» de la quema de iglesias

Publicado: 04.05.2016

Publicidad

En lo que va del año, han ocurrido cuatro atentado contra templos religiosos en La Araucanía. Los panfletos que reivindicaban los ataques decían, entre otras cosas, «todas las iglesias serán quemadas» y «Obispo Stegmeier, cómplice de la represión del Estado, responsable de la violencia hacia la Iglesia».

El sacerdote señalado es Francisco Javier Stegmeier Schimidlin, obispo titular de la diócesis de Villarrica, nombrado en 2009 por el entonces papa Benedicto XVI. Las comunidades locales lo apuntan como uno de los responsables del recrudecimiento del conflicto entre el pueblo mapuche y la institución eclesiástica.

Formado por el Opus Dei y adscrito en uno de los sectores más conservadores de la iglesia, ha sido un fiel opositor de temas como la despenalización del aborto en tres causales y el matrimonio igualitario. «Quienes hemos recibido la capacidad de conocer la verdad y el don de creer en la doctrina revelada por Dios, sabemos quién es la persona humana y cuál es su dignidad, sabemos con certeza que el matrimonio es indisoluble, fiel y abierto a la vida y que naturalmente es entre un hombre y una mujer, sabemos que el matrimonio así entendido es la base de la familia y, en fin, respetamos y defendemos el derecho humano básico a la vida desde la concepción hasta la muerte natural», dijo en una columna de hace unos años, como respuesta a una polémica entrevista en televisión que dio el sacerdote jesuita Felipe Berríos.

Además, fue uno de los convocantes de la llamada «Marcha por la Vida». «Si no luchamos contra el aborto, seremos una sociedad inhumana», ha declarado.

Su llegada a la diócesis de Villarrica es vista como un antes y un después en la relación de la Iglesia con el pueblo mapuche. Apenas llegó, decidió cerrar la pastoral indígena, principal espacio de comunicación que había con las comunidades. Además, cerró la Fundación para el Desarrollo de La Araucanía.

Entrevistado por la revista Qué Pasa, el sacerdote Fernando Díaz da cuenta de que Stegmeier genera divisiones incluso dentro de la misma Iglesia: «Cuando llega el nuevo obispo se produce un cambio radical porque este nuevo obispo tiene una formación teológica Opus Dei, cerrado al diálogo y sin reconocimiento a la cultura mapuche ni a su religión y se instala como un ser extraño y comienza a quebrar a la iglesia de La Araucanía y hoy es una iglesia muy dividida y dañada. Cortó todos los canales con los que la diócesis se comunicaba con el mundo mapuche”.

El sacerdote jesuita Carlos Bresciani, quien vive en Tirúa, refuerza esa opinión. Consultado por eldesconcierto.cl, asegura la quema de iglesias «nos acerca a la realidad que viven familias y comunidades mapuche, que han sufrido a lo largo de la historia, nos acerca al dolor de la gente que sufrió cuando el Estado chileno avasalló sus lugares de culto. Pasa lo mismo ahora, muchas comunidades sufren el mismo sentimiento. Es muy triste que lleguemos a esto».

Para Bresciani, dentro de la iglesia existe «gente que no entiende, por desconocimiento, ignorancia por un modelo de pensamiento que tiene que ver con la conciencia occidental y valores que van en contra de lo que piensan las comunidades».

El desalojo y el obispo

Una de las situaciones más conflictivas entre las comunidades mapuche y el obispo Stegmeier se dio a raíz del seminario San Fidel, dependiente de la diócesis de Villarrica. Está construido en medio de tierras indígenas en la comuna de Padre de las Casas y hace unos años el recinto fue tomado por comunidades que reivindicaban su derecho sobre esas tierras. Si bien en un principio Stegmeier estuvo abierto a una negociación para entregar las tierras, esta consistía en venderle el terreno al Estado en 4 mil millones de pesos.

El obispo terminó pidiendo el desalojo, apoyado por la política de no negociar con comunidades que ejerzan presión, característica de la doctrina impuesta en la zona por el ministro Jorge Burgos.

Y no es todo: En Lanco, región de los Ríos, la policía mantiene un campamento con vehículos, armas de fuego y personal en nada menos que el Colegio e Internado Santa Elisa, administrado por las Hermanas Franciscanas del Sagrado Corazón de Jesús y dependiente de la diócesis de Villarrica.

Carlos Bresciani critica estas medidas que se han tomado desde la diócesis de Villarrica, que a su juicio no ayudan a entregar señales de una política de colaboración y de confianza con las comunidades. «Si hablamos de colaborar, las palabras deben ir acompañadas por signos reales. El albergar carabineros o desalojar la toma del seminario, sabiendo que detrás de eso hay una historia bien larga, quizás no era la mejor manera de hacerlo. Externamente se ve fatal», afirma.

El líder de la polémica toma del seminario, Fidel Tranamil, declaró que «la Iglesia ha demostrado ser un miembro más del Estado y no vamos a descansar hasta expulsarla del territorio mapuche».

¿Cómo responde Stegmeier a las acusaciones que lo responsabilizan directamente de la violencia contra la Iglesia? En entrevista con El Mercurio, aseguró que «la finalidad de los grupos violentistas es ideológica. Su pretensión es desestabilizar el orden social por medio de la lucha de clases, para alcanzar el poder político».

Su hermano es José Miguel Stegmeier, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura del Bío Bío y ex gobernador de la misma región durante el gobierno de Sebastián Piñera. Aunque duró solo 3 días en el cargo, tras conocerse que sociedades suyas entregaban apoyo financiero a Colonia Dignidad. También denuncian que es descendiente de los Stegmeir, conocidos colonos alemanes que a inicios del 1900 realizaron usurpaciones de por lo menos 2 mil hectáreas, con el visto bueno del Estado chileno.

Publicidad
Contenido relacionado

Restaurantes y cafés: Así es el plan que permite atención de público presencial

Paro de camioneros: Conflicto escala por desabastecimiento desde La Araucanía al sur y ministro Pérez informa que aún no hay acuerdo

Publicidad