Gabriel Boric repasó su biografía en TV abierta: «Fue una decisión política no ir a la puerta del empresariado»

«Fue traumática la venida a Santiago. Acostumbrarse al ritmo santiaguino, viniendo de una ciudad extrema. Me costó mucho integrarme a mi universidad», dijo el carismático diputado del Movimiento Autónomo Gabriel Boric a Álvaro Escobar en la última emisión del programa Más Vale Tarde de MEGA.

Oriundo de Magallanes y según él dueño de una timidez -que para el mundo es difícil de creer-, se abrió rápidamente camino en el mundo de la política chilena tras haber sido dirigente estudiantil desde su época como estudiante en The British School de Punta Arenas.

Aseguró que su sueño nunca fue llegar al parlamento y que aún está aprendiendo de la carrera que escogió. Se refirió especialmente a las polémicas en las que muchas veces se ve involucrado: «Algo fundamental en la política es distinguir lo importante de lo no importante y a veces me meto en peleas poco importantes».

Boric tampoco dejó de tocar temas de actualidad, y lo hizo a través de la cocina propuesta por la producción del programa. Cocinó primero su sopa ideal de financiamiento político. Dentro de sus ingredientes estuvieron la autonomía del empresariado, transparencia y «la voz del pueblo en el sentido de la autogestión, el cómo te financias la campaña habla mucho de cómo va a ser tu pega más adelante», comentó y aseguró que los fondos para la suya fueron obtenidos gracias a un crédito y aportes voluntarios.

«Fue una decisión política no ir a la puerta del empresariado y con mucha naturalidad varios me dijeron que si quería ganar debía hacerlo», señaló al respecto. Además añadió: «El empresariado no hace caridad, invierte y en algún momento cobra».

El magallánico parlamentario fue enfático también sobre los juicios a los casos de corrupción: «No creo en la teoría de que a la derecha se le ha juzgado más duro. El financiamiento trucho a la política ha sido transversal».

En el espacio conducido por Álvaro Escobar, Boric abrió su vida personal. No sólo recordó sus cálidas discusiones con su padre DC (pero aclaró que siempre con un ánimo formativo), sino que también sus días como poeta en «La Bandada», un grupo de literatura formado por Oscar Barrientos en la ciudad austral. «La poesía te desgarra, hago intentos secretos y mediocres de ser poeta», confesó.