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La batalla por la verdad en la reconstitución de escena de la muerte de Miguel Enríquez

Por: Antonia Orellana | Publicado: 27.07.2016
La batalla por la verdad en la reconstitución de escena de la muerte de Miguel Enríquez Reconstitucion de escena de asesinato de Miguel Enriquez, padre de Marco Enriquez-Ominani |
Con un doble cerco de carabineros y vecinos curiosos, el juez Mario Carroza llevó a cabo una diligencia clave en la investigación por la muerte del líder y fundador del MIR. Las declaraciones y videos de los protagonistas muestran que 42 años después la verdad histórica por Miguel Enríquez sigue en disputa.

Luego de cuatro décadas el ministro en visita Mario Carroza recreó la caída de Miguel Enríquez en lo que fue un combate de casi dos horas el 5 de octubre de 1974. Esta vez lo que tuvo lugar en calle Santa Fe entre Chiloé y San Francisco fue una reconstitución de escena que se extendió por más de cuatro horas, en la que participaron los sobrevivientes de la represión y los exagentes de la DINA que siguen vivos.

Carmen Castillo Echeverría, Cecilia Jarpa Zúñiga y Humberto “Tito” Sotomayor, exmilitantes del MIR y miembros del entorno cercano de Miguel Enríquez no cruzaron miradas con el exbrigadier del ejército Miguel Krassnoff Marchenko. Este fue el primero en declarar a las 9 de la mañana, lo que hizo por cerca de 45 minutos y rodeado de un gran operativo de seguridad. Los otros exagentes que participaron ayer fueron Rodolfo Concha Rodríguez y María Teresa Osorio Navarro, uno chofer de Krassnoff y la otra miembro del centro de tortura José Domingo Cañas, respectivamente.

En conversación con El Desconcierto, Carmen Castillo detalló que lo que busca con esta diligencia es rigor: “Queremos rigor en la historia y en el archivo. Que haya reconstitución es importante por eso. Hay que construir archivo de la historia de nuestra lucha contra la dictadura. Y por supuesto hay que responder. Nuestra demanda de justicia y verdad continua y debe reforzase, sin ella, como sin memoria, no hay posibilidad crear un futuro democrático».

De acuerdo a los presentes en la reconstitución, la exDINA María Teresa Osorio declaró con la cara cubierta para evitar los lentes de los fotógrafos y estuvo en todo momento muy nerviosa, contestando a casi todas las preguntas con un «no me acuerdo». Por el contrario, Krassnoff no se escondió y mostró su buena salud y humor. Cada vez que se refirió a Miguel Enríquez fue nombrándolo como «el terrorista». Incluso se permitió ironizar sobre la situación judicial del excomandante en Jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, señalando que “yo era un teniente de 28 años y reconozco todo lo que hice”. Según declaró el ministro Mario Carroza, los exDINA no aportaron antecedentes nuevos a la investigación, pero sin embargo destacó que su objetivo era que Krassnoff declarara, lo que se cumplió.

Krassnoff, que ya suma condenas por más de 300 años por distintos casos de violaciones a los derechos humanos, insistió en la que ha sido su versión por años: la llegada de los organismos represivos a Santa Fe 725 fue producto de un patrullaje de rutina o, como declaró su abogado defensor Raúl Meza, “un enfrentamiento de una patrulla militar con terroristas armados hasta los dientes”, con quienes se encontraron de forma casual.

https://www.youtube.com/watch?v=XAxO3kRp36s

A las declaraciones de Meza siguieron gritos de los vecinos del barrio en San Miguel, algunos de los que dieron su versión de los hechos. “Ese día, de repente, fue como una batalla. Pasaron helicópteros, fue una balacera horrible. No fue algo casual, porque el operativo fue gigante”, dijo Susana (61), que vivía en el 727 de calle Santa Fe en ese tiempo.

A su testimonio se suman el de Marisol y Ana Fuenzalida, las hijas del “Ciego Hugo”, el vecino de la casa de atrás de Santa Fe 725. En la artesa en la que lavaban la ropa fue donde cayó el cuerpo de Miguel Enríquez luego de recibir más de diez disparos. Ambas rechazan la idea de un enfrentamiento casual:

Horas después de la diligencia, Carmen Castillo reiteró a El Desconcierto que, si bien la casa en la que vivía con Miguel Enríquez y más militantes “no fue entregada por nadie, por ningún compañero del MIR”, el “patrullaje” de nombres tan importantes para la DINA como Krassnoff, Marcelo Moren Brito y Osvaldo “Guatón” Romo no fue casual. “Ellos llegaron a la casa por trabajo de inteligencia y, a la vez, el azar que determina la tragedia”, reflexiona Castillo. Cecilia Jarpa, quien participó ayer de la diligencia al haber estado detenida en uno de los autos de la DINA ese día de 1974, señaló a este medio que “andaban detrás de Miguel, por supuesto. Cuando estuve detenida di una cita que teníamos a las 12 en Departamental, eso fue todo. La DINA tenía todo reconocido, habían hecho rastrillos días antes, tenían dateada una casa en construcción que había en esa época”, señala.

Las organizaciones de derechos humanos esperan que este juicio lleve al encarcelamiento de los exagentes María Teresa Osorio y Rodolfo Concha. Alicia Lira, de la Asociación de Familiares de Ejecutados Políticos, organización que presentó la querella, declaró que el día de ayer fue uno muy importante para la verdad y la justicia. “No es fácil estar cerca de Krassnoff, pero creo que hoy se arroja luz sobre los casos pendientes”, señaló. Erika Hennings, presidenta del espacio de memorias Londres 38, quien observó toda la diligencia, señaló que esperaban especialmente la detención de Concha. “Es extraordinario ver a Krassnoff con el chaleco amarillo y el escrito de imputado, esperamos sean condenados, pero particularmente espero ver a Concha Rodríguez en ese contexto, él no sólo era el chofer de Krassnoff sino que un operativo de la DINA”, declaró, explicando que en su detención fue ese mismo agente quien participó.

Del mismo modo se expresó Cecilia Jarpa respecto a María Teresa Osorio: “esperaría su formalización porque era una persona muy brutal en el centro de la detención y estuvo implicada en este caso pero también en muchos más como parte del staff de tortura de José Domingo Cañas”.

Para Carmen Castillo Echeverría, cuatro décadas después, además de lo judicial es importante el archivo que deja para el futuro. “Considero importante que nuestra versión de la historia sea visibilizada, porque si escuchas el continuo de información sobre el 5 de octubre de 1975 no se entiende nada. Tienen que abrirse los archivos y tiene que saberse dónde están los desaparecidos”. Su participación en la reconstitución de escena fue, en sus palabras, un paso para esa construcción de memoria: “La nuestra es una batalla por la verdad histórica”.

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