Durante la conmemoración en el Cementerio General de las víctimas de la dictadura, la tumba de uno de los ideólogos del sistema económico que legó Pinochet, sufrió las consecuencias del descontento.
Afiches, palos, fuego, basura, de todo sirvió para recordar la herencia de Jaime Guzmán, exsenador de la UDI ajusticiado en 1991.
En todo caso no es primera vez que ocurre algo así. En más de una ocasión la tumba del líder espiritual del gremialismo ha sido atacada de manera similar.