Alberto Plaza y Viña: «Estoy dispuesto a pagar cualquier costo para recuperar la decencia del Festival»

El cantante Alberto Plaza sigue echando leña al debate sobre el humor del Festival de Viña del Mar. La polémica arrancó con las críticas a la rutina de Chiqui Aguayo, sobre la que espetó que los “flaites” se habían tomado el escenario de la Quinta Vergara.

Este viernes continuó la controversia en una entrevista con La Tercera. Plaza aseguró que el show de la comediante le hizo hablar y comparó la actitud del público del Festival con la de los protagonistas de la polémica de la muñeca inflable y Asexma: «¿Te acuerdas de la muñeca inflable? Los que estaban en el escenario estaban en shock y se rieron. Es un acto tan fuera de la decencia, que los que estaban ahí no supieron qué hacer. Ellos ya con la mente fría deben haber pensado después: ‘me debería haber bajado’. Por eso, la masa se comporta diferente que la persona cuerda. La masa no es cuerda. No podemos entregarle a la masa la capacidad de discernir como lo haría un individuo en todas sus capacidades mentales. Hay gente que no aceptaría eso en una comida en su casa. ¿Te imaginas a Chiqui Aguayo contando esos chistes en la alcaldía, con la alcaldesa?» dijo.

Además, el compositor apuntó a la producción del Festival por aceptar la rutina de Aguayo. “Es que ahí uno se pregunta: ‘¿qué es lo que quieren chequear cuando les piden las rutinas con anticipación?’. Si ellos piden los libretos para revisarlos y dejan pasar esto, ¿qué sería entonces lo que no dejan pasar? Ahora, el Festival sigue siendo una fiesta inmensa y su transmisión fue espectacular”, dijo.

Sobre Copano y el uso del tema «Que cante la vida» para reírse de él en su show, aseguró que le pareció un recurso «genial, sutil e inteligente», con un «final brillante».

En referencia a los costes que los dichos del joven humorista pueden tener para su carrera profesional indicó: «Yo pongo mi cabeza y la pongo con alegría, porque las sociedades avanzan de la mano de los valientes y hay que ser valiente para decir lo que dije. El apelativo más injusto que se me ha puesto es ‘Alberto Plata’, porque ¿quién podría pensar que alguien que proviene de un colegio católico de clase media alta se podría dedicar a la música porque le interesa la plata?. Por último “Alberto Lata” lo encuentro más razonable», ironizó.

Y agregó: «Estoy dispuesto a pagar cualquier costo si el beneficio es recuperar la decencia para el Festival».