Avisos Legales
Nacional

Los 100 días de Jorge Sharp en Valparaíso: «Este es un proceso colectivo y no se trata de mí, no es la Sharpmanía»

Por: Francisca Quiroga | Publicado: 16.03.2017
Los 100 días de Jorge Sharp en Valparaíso: «Este es un proceso colectivo y no se trata de mí, no es la Sharpmanía» Jorge Sharp El Desconcierto |
A tres meses de que empezara a hacer gobierno local y de izquierda «con guitarra», el alcalde Jorge Sharp abordó junto a El Desconcierto los diversos contrastes que ha tenido su gestión con respecto a la de Jorge Castro, sus logros y desafíos con la Alcaldía ciudadana y su idea de que el Frente Amplio debe apostar a estrategias como la que triunfó en el puerto principal.

Hay movimiento en el hall central del Edificio Consistorial de la Municipalidad de Valparaíso. A la muestra de diseño que se expone en el salón principal lo acompaña un grupo de mujeres y niños que bailan al ritmo de «Don’t stop me now» de Queen. Esa es la primera bienvenida que me otorga la sede de gobierno comunal.

El segundo recibimiento corre por parte de Jorge Sharp Fajardo (31), la figura revelación de las últimas elecciones municipales. Apenas nos saludamos le pregunto al joven alcalde sobre la performance en el hall, a lo que me explica: “Estamos en una política de puertas abiertas respecto de los edificios públicos y en particular este espacio, que es súper simbólico porque se concentra parte del poder municipal. Ahora tenemos actividades aquí todos los días”.

Mientras nos da a elegir entre un café, un té o un jugo, el militante de Movimiento Autonomista agrega que en materia cultural tienen planeado inaugurar el primer liceo artístico de Valparaíso. Tras ello, la conversación toma rumbos más políticos y conversamos sobre su triunfo en las urnas.

Allí me revela algunas infidencias, como que casi se desmaya antes de dar su discurso después de ser electo el 23 de octubre. También me cuenta que el debate en CNN previo a la votación -que lo enfrentó a Dj Méndez y al ex alcalde Jorge Castro (UDI)- fue clave para lograr ser electo.

Por mi parte, le digo que su victoria generó una «Sharpmanía», la cual repletó a los medios de artículos y columnas analizando su inédito proceso, que se volvió un referente para la izquierda chilena y que él era una demostración de que «sí era posible».

A 100 días del inicio de su gobierno local, Sharp recibió y conversó largo y tendido con El Desconcierto sobre cómo ha sido la experiencia de hacer izquierda «con guitarra».

¿Cómo te has sentido en estos tres meses tomando decisiones?
Han sido de una intensidad y de un trabajo que eran difíciles de prever. El campo político, social y ciudadano que nosotros representamos nunca había tenido la posibilidad durante los últimos 25 años de tener una experiencia de gobierno local. Tengo la impresión de que incluso el político o la política más avezada no hubiese tenido la claridad que requiere estar al frente de uno de los municipios más quebrados de Chile.

¿A cuánto asciende el monto de la quiebra?
Si bien corroborará esto la auditoría que la Contraloría General de la República está haciendo tanto a la municipalidad como a la Corporación Municipal, el déficit es completamente superior al que inicialmente se hablaba. Se hablaba de un déficit de 30 mil a 40 mil millones, pero el déficit es superior, incluso puede llegar al doble de eso.

El ex alcalde Jorge Castro (UDI) dice que “no va a haber soluciones mágicas” y que “va a ser uno de los negligentes más”. A mí me llamó mucho la atención porque eso quiere decir que también se suma a los negligentes. La pregunta es: ¿cómo vas a ser un personaje que no sea negligente?
Bueno, es la negligencia la que hoy en día nos permitió tener el Año Nuevo más limpio de los últimos diez años en la ciudad. Es esa negligencia que llama este personaje del pasado de la ciudad la que hoy día nos permite afirmar que tenemos medicamentos en la farmacia popular de Valparaíso un 90% más barato que los que existían bajo su administración, con mayor cobertura y con una política educacional sobre uso de medicamentos. Y no solamente es eso, las próximas semanas vamos a estar inaugurando unas salas de fraccionamiento, única a nivel regional. Parece negligente el hecho de tener una política de austeridad y de poner fin a los gastos suntuosos, como, por ejemplo, la fiesta de Año Nuevo, que sumaba casi 30 millones de pesos, donde los alcaldes con los concejales se agasajaban viendo los fuegos artificiales. O reducir el gasto innecesario en luces eléctricas de 240 millones a 13 millones.

Sharp además agrega: «No son soluciones mágicas, sino que también es gestión y trabajo el que hoy día, al frente de diez establecimientos educacionales de la educación pública, estén profesores y profesoras elegidos por alta dirección pública y no a dedo. Tampoco es solución mágica darle vacaciones a los trabajadores del Plan de Generación de Empleos, que nunca habían tenido un descanso».

Encuentros y desencuentros

Con el gobierno, ¿cómo ha sido la relación? ¿Te dicen el “joven, el niño, este cabro” los seremis y otras autoridades?
Algunos me dicen el “niño Sharp”, yo ahí los paro en seco. Me parecen medio patudos.

¿Por qué? ¿Porque eres el “alcalde Jorge Sharp”?
(Ríe) Exactamente. Elegido con 47 mil votos, con el 53% de los votantes de la comuna. En general tengo una evaluación positiva de la relación que hemos tenido con el gobierno regional, particularmente con el incendio. Ahora, hay gente con la cual nos vamos de coscachos igual. Yo creo que la relación con el gobierno tiene dulce y agraz.

¿Qué desencuentros han tenido?
Hace dos días atrás la subsecretaría de Desarrollo Regional anunció que iba recortar 3 mil millones de pesos para la región de Valparaíso y los iba a redestinar para resolver las emergencias del sur. Yo me preguntaba: “¿Por qué las regiones tenemos que pagar el pato y no dejan de subsidiar a la banca a través del CAE o a las Isapres a través de Salud, o a el 1% del país, o al grupo Plaza en el paño de Barón?”. Ahí hay millones de dólares que se pierden al año, pero le sacan 3 mil millones de pesos a la región.

Te ha tocado desencuentros incluso dentro de tu propio grupo con el quiebre de Izquierda Autónoma. ¿Cómo reflexionas ahora sobre ese momento?
Fue lamentable realmente. Vivimos un espectáculo nefasto. Yo solo espero que no solamente nosotros, sino que el resto, que vieron cómo se discutió hayan aprendido.

Es un aprendizaje.
Sí, tremendo. El que algunos compañeros hayan decidido recurrir a los medios tradicionales para poder ventilar esta situación y las discusiones cruzadas en redes sociales creo que al final terminaron invisibilizando lo fundamental, que era las diferencias políticas que teníamos. Yo pienso que nosotros teníamos una posición política con determinadas características esa es la que nos ha llevado a encontrarnos con otros en este desafío que se llama alcaldía ciudadana.

Esa idea de “alcaldía ciudadana” puede ser asimilable a la promesa de “gobierno ciudadano” del primer gobierno de Bachelet 2006-2010. ¿Cómo se diferencian de esa promesa de participación?
Yo creo que ahí lo clave es el traspaso efectivo de la soberanía al habitante del territorio. Eso es lo que no sucedió, comillas, en el “gobierno ciudadano” de Michelle Bachelet. No hubo un traspaso de soberanía, no hubo una transferencia, no hubo una devuelta de soberanía.

Se mantuvieron los pactos y las lógicas cupulares.
Se mantuvo la cocina y con los mismos tenedores, cuchillos, platos, con los mismos cocineros y chefs. Entonces, lo que tenemos que hacer es (…) transferir poder a la gente, para que la gente defina como quiere vivir. Y eso se puede hacer. Con procesos de participación e instrumentos de planificación, con la celebración de plebiscitos.

¿Cómo se logra impulsar esos procesos?
La ley define a una municipalidad como administración y no como gobierno, pero ¿cómo pasamos a la administración de lo que existe a gobernar para impulsar un desarrollo de ciudad distinto? Voluntad política, simplemente voluntad política. Te pongo como ejemplo la reconstrucción, donde decidimos actuar como entidad patrocinante y crear una estrategia de participación para proyectos de vivienda integrales.

«El problema de la elección presidencial es que es sumamente simbólica»

Dentro del Frente Amplio, ¿tienes algún candidato o candidata presidencial?
No, no tengo.

Ah, vas a ser políticamente correcto jaja.
(Ríe) Es que tenemos el desafío de evitar que la vorágine electoral nos maree, y eso pasa por pensar que hay política más allá de las elecciones parlamentarias y presidenciales de 2017. La tarea fundamental de los revolucionarios del siglo XXI en Chile es pensar políticamente cómo podemos vivir en una sociedad que no sea neoliberal. ¿Eso va a suponer una táctica electoral? Sí, pero también supone la disputa en el plano de las ideas, la disputa cultural y al interior de los distintos espacios de lucha que hoy día existen. Por ejemplo, la dimensión territorial, que a mi juicio ha sido descuidada por el campo de fuerzas políticas que componen el Frente Amplio.

¿Cuál es el relato del Frente Amplio?
Yo pienso que tiene que tener la capacidad de ser el campo político que exprese socialmente las múltiples formas de resistencia que hoy día tiene Chile frente al neoliberalismo. En lo político lo que estamos haciendo es construir una fuerza que busca superar a la política tradicional, diferenciarse y apuntar en una dirección distinta a la que ha apuntado por más de 25 años el duopolio. 

¿Tu liderazgo tiene un rol ahí? Porque siempre se habla de Boric, Jackson y ahora tú, que irrumpes también como otro personaje.
Los liderazgos juegan un rol, pero los relativizo por lo siguiente: la única manera de poder realizar genuinos procesos de entendimiento, es desarrollando al interior de las fuerzas políticas y sociales que componen este FA, una genuina voluntad de coalición. Es decir, entendernos realmente pero no solamente a nivel de “tenemos 4 personas”, sino que sea una voluntad de coalición que llegue hasta la base. 

Y del Movimiento Autonomista, ¿quienes son los candidatos o candidatas que manejan?
Bueno, hay varios compañeros y compañeras que pareciera ser que van a asumir: Gabriel va a la reelección, está también mi compañero y amigo Felipe Valdebenito en Temuco, que fue candidato en la elección municipal. Después en Concepción tenemos como precandidato a Camilo Riffo, en Valparaíso también vamos a tener una candidatura, que esperamos sea lo más competitiva posible. Estamos en proceso, aunque yo tengo mi candidato. 

Pero no lo puedes decir porque puede quedar la embarrada.
(Ríe) No, prefiero que no, es que es una definición interna y no me quiero adelantar.

¿Es hombre?
Sí, pero creo yo que vamos a proponerle al Frente Amplio un conjunto de compañeros y compañeras para las candidaturas. 

¿Y para las presidenciales?
El problema de la elección presidencial es que es sumamente simbólica. Tenemos que ser bien inteligentes respecto a la forma en que vamos a enfrentarla. Hoy día no hay ningún nombre, compañero o compañera que se imponga como un incuestionable en el escenario. Yo apostaría más bien al camino que tomamos en Valparaíso. Los nombres que existían como candidatos y candidatas tampoco eran nombres instalados en toda la ciudad.

Ustedes lo definieron en una primaria.
Exactamente, fue la expresión de un proceso colectivo. Fue decirle a la gente “tenemos que resolver un tema, un programa y un candidato. Los convocamos a hacerse parte de esta decisión”.

¿Y el Frente Amplio debería hacer eso? Porque se habla de la primaria.
Debemos pensar en un proceso de esas características, poner las fichas en encaminar un proceso de definición colectiva a través de una primaria. Si no es legal, es ciudadana. Que ese candidato ojalá represente a todo este campo de fuerzas.

Hay críticas de una sobreelitización de la composición de los actores del Frente.
Eso es un problema. Es una pata coja que hoy día no va a ser fácil revertir. Pero cuando uno convoca abiertamente a la gente a ser parte de una decisión, eso tiene un carácter popular. Pero hoy el desafío es producir la nueva izquierda del Chile el siglo XXI, algo que no va a estar dado por tener tantos o cuantos parlamentarios ni porque hayamos llegado a la alcaldía ciudadana.

Luego de toda esta experiencia y desafíos, ¿estás contento siendo alcalde?
Tiene sus cosas buenas y no tan buenas. Por ejemplo los medios de comunicación, en general, son muy invasivos con la privacidad de uno, buscan a la familia. Pero estoy contento, si al final esto no tiene que ver con algo individual, sino que soy parte de una generación a la que le ha tocado desarrollar un rol en los movimientos sociales. Me siento con una responsabilidad muy grande pero, como dije cuando ganamos, este es un proceso colectivo y no se trata de mí, no se trata de Jorge Sharp, no es la Sharpmanía.

*Cámara, Luis Briceño.

Déjanos tus comentarios
La sección de comentarios está abierta a la reflexión y el intercambio de opiniones las cuales no representan precisamente la línea editorial del diario ElDesconcierto.cl.