El noviembre pasado, Karen Doggenweiler compró una casa en Vitacura para ella y su familia con el candidato presidencial del Partido Progresista Marco Enríquez-Ominami.
Según reporta El Dínamo, el nuevo hogar costó 36.500 unidades de fomento -de acuerdo al documento oficial del Conservador de Bienes Raíces de Santiago-, equivalentes a $961.665.500, según la UF de ese mes, y fue nuevamente inscrita a nombre de la ex animadora de TV. «Son 960 metros cuadrados de terreno y 306 construidos, mientras que las restantes casas promedian 241 metros cuadrados. Cuenta con varios salones, una piscina, un extenso patio y áreas verdes con frondosos árboles», señala el medio.
La vivienda fue adquirida a Juan Pablo Illanes Leiva, ex director de El Mercurio y hoy asesor del mismo diario, además de presidente de los consejos directivos de la Universidad Diego Portales y de América Solidaria.
Este caso plantea nuevamente el debate sobre la transparencia de patrimonio y negocios de los candidatos presidenciales. En este sentido, desde el diario digital plantean si las personas cercanas a los candidatos tendrían que realizar una declaración de intereses y patrimonio, «donde se incluyan sus bienes, las sociedades en la que poseen propiedades y las actividades económicas de éstas».
Hoy la ley establece esta obligación a las figuras presidenciales y a sus familiares sólo en caso de que estén casados en sociedad conyugal o si administran bienes de sus hijos. Sin embargo, la legislación excluye de la obligatoriedad en caso de estar casados con separación de bienes o de que los hijos sean mayores de 18 años, como es el caso de Enríquez-Ominami y Doggenweiler.
*Esta nota fue modificada posterior a su publicación tras pedido del comando presidencial de Marco Enríquez-Ominami, precisando que la dueña de la casa es Karen Doggenweiler.