Esta semana comenzó una nueva jornada del juicio oral por el femicidio frustrado de Nabila Rifo, en el cual el principal sospechoso es su expareja Mauricio Ortega. Para la sesión fueron citados como testigos tres de los cinco asistentes a la fiesta que se desarrolló en la casa de Ortega justo antes de la agresión a Rifo.
Lo que llamó la atención fue el cómo los testigos, cercanos al imputado, presentaron una serie de contradicciones con respecto a sus testimonios previos.
Juan Mendoza, quien trabajaba con el imputado en un taller mecánico, había señalado en un principio que Mauricio Ortega se había alterado porque Rifo mostró los senos a los asistentes a la fiesta. Mendoza declaró a la Fiscalía que habían tenido que contener a Ortega «para que no se mande una cagada» y declaró a Carabineros que había «explotado en rabia», por lo que tuvieron que tomarlo para que no atacara a Rifo.
Sin embargo, en el juicio Mendoza declaró que no habían tenido que agarrar a Ortega cuando lo sacaron y que estaba «calmado».
Por otro lado Leonor Castro, quien había dicho ante Carabineros y la Fiscalía que, cuando Ortega vio a su expareja subirse la polera, dijo «ahora sí que la hiciste». Además, había declarado que el primo de Ortega, Gonzalo Bahamondes, le había dicho que había «quedado la cagada» en la fiesta.
Castro solo ratificó esta segunda declaración pero, en cuanto a Ortega, señaló que «se molestó pero de una forma no alterada, pero se veía que se había molestado un poco”. «En ningún caso vi violencia, a él lo vi tranquilo», agregó.
Además, a lo largo del juicio hubo diversas contradicciones en torno a la ropa que vestía Nabila el día de la fiesta.
El que restó importancia a los cambios de versión fue el abogado defensor de Ortega, Ricardo Flores, quien indicó que Mendoza «en su calidad de testigo prestó cinco declaraciones. La pregunta es ¿por qué tuvo que prestar cinco declaraciones? Se le consultó varias veces sobre los mismo puntos en esta pequeña declaración que fue bastante más corta que la prestó en Carabineros, ya se estaba mareando con los datos».