Desde hace años, el morbo y sensacionalismo de los medios de comunicación ha contribuido a posicionar la conmemoración del Día del Joven Combatiente como una fecha cruzada por los desmanes y el peligro tras la protesta. Por ello, en trabajos y oficinas se ha instituido, casi como una tradición, que los trabajadores abandonen sus labores temprano durante este día para poder regresar a sus casas sin problemas, especialmente en la capital.
Sin embargo, durante los últimos años los hechos de violencia ocurridos en el marco de este día han sido acotados y aislados, lo que de todos modos no ha contribuido a atacar la psicosis colectiva que se despierta cada 29 de marzo.
En redes, algunos tuiteros evidenciaron las exageraciones que existen sobre esta fecha, llegando a compararla con lo exhibido en «La Purga», una serie de películas estadounidenses que simulan una noche de ajusticiamiento colectivo y libertad para matar y cometer todo tipo de delitos.