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Mery Bell y su pobre crítica al Frente Amplio

Por: Héctor Basualto Navarrete | Publicado: 20.05.2017
Mery Bell y su pobre crítica al Frente Amplio | / Agencia Uno
El Frente Amplio, como toda organización política, es obviamente criticable. Pero como mínimo esta debe apuntar hacia sus postulados, ideas y mecanismos de acción, nunca al menoscabo personal de sus dirigentes y mucho menos a descalificarla como una propuesta indecente.

El día 14 de mayo último, el Sr. James Mery Bell hizo un duro ataque al Frente Amplio, emitiendo incluso fuertes descalificaciones personales a los diputados Giorgio Jackson y Gabriel Boric.

En primer lugar los acusa de ser “hijos del millonario” criticándolos por una especie de contradicción vital que tendrían por el sólo hecho de provenir de familias acomodadas -no millonarias como se afirma -y de haber estudiado en colegios privados. Al parecer le incomoda que los Jackson o los Boric, en lugar de militar en la UDI, abracen ideales de izquierda. No contento con esto, a renglón seguido muestra su molestia de que hayan cursado sus estudios en la Universidad Católica y de Chile respectivamente, resbalando burdamente una reprimenda por un supuesto usufructo del dinero entregado por todos los chilenos para la educación superior, es decir, su entendimiento mental indica que el normal paso desde el Deutsche Shule o el British School debiera ser a la Universidad Finis Terrae o Adolfo Ibáñez. Lo que se obvia, es que para ingresar a las dos mejores universidades del país, no se exige cuna de origen sino un alto puntaje PSU, en otras palabras estudiar en estos planteles educacionales es un derecho que se gana con intelecto y estudio, el resto puede asistir, por ejemplo, a las universidades Silva Henríquez o Alberto Hurtado.

No obstante lo anterior, lo más grave es que se olvida que los principales líderes e intelectuales históricos de la izquierda mundial provienen, en su gran mayoría de familias burguesas, Marx, Engels, Fidel Castro, el Che Guevara e incluso el propio Salvador Allende, no tienen su origen precisamente en la clase obrera, por lo tanto por lógica la correspondiente crítica debiera ampliarse hacia estas personas.

Así, los débiles argumentos prosiguen y tratan de manipular al lector a situarse en un escenario de supuesta ficción, imaginando el papel que tendrían los dirigentes del conglomerado aludido en el caso de que existiera una nueva UP y un golpe de Estado, cuestión que más parece un delirio surrealista que sin duda compartirían de reconstruir los más recalcitrantes integrantes de la Fundación Pinochet. Lo seguido es sólo verborrea vacía producto de ese delirio, desempolva viejas historias del MAPU, MAPU Obrero Campesino, Garretón, Ossandón, Marambio e incluso a Luksic, tratando de crear una analogía entre el comportamiento de estos personajes con la dupla parlamentaria y cual dueño de una verdad alterna, saca conclusiones dignas de un guión de una mala película conspirativa.

Sin lugar a dudas, lo realmente criticable de esta comparación es el hecho de carecer de límites éticos al tratar de denostar a un conglomerado político que le incomoda a su autor, llegando incluso a fantasear con la repetición de la tragedia más grande que ha sufrido la historia de Chile, es como que con tal criticar la actitud del Estado de Israel respecto a los palestinos, se debiera desear el nacimiento de un nuevo Adolfo Hiltler y partido Nazi gobernante para medir la conducta de los actuales judíos.

El Frente Amplio, como toda organización política, es obviamente criticable. Pero como mínimo esta debe apuntar hacia sus postulados, ideas y mecanismos de acción, nunca al menoscabo personal de sus dirigentes y mucho menos a descalificarla como una propuesta indecente. El uso malicioso de denominadores como “movimiento infantil y casi irresponsable” o “jóvenes del iPhone 7 y de la cota mil” denigra verdaderamente a quien los utiliza, quedando en evidencia su desesperación y resentimiento hacia a un movimiento político que crece día a día, renunciando a una reflexión y análisis propositivo.

Mery Bell pretende de la nada asignarse una superioridad moral que no le corresponde, utilizando como centro un argumento inverosímil que es la rancia aseveración –o el viejo chantaje – de que el Frente Amplio le es funcional a Piñera, evadiendo el hecho de que existe una Nueva Mayoría incapaz de llegar a acuerdos, presentando a dos candidatos a primera vuelta electoral, posicionando así al o a la eventual aspirante presidencial del Frente Amplio a pelear voto a voto su paso a segunda vuelta. Siendo así la dura verdad para algunos, ¿no será el propio Mery Bell quién le está haciendo el trabajo sucio al candidato de derecha?

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