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Así nos ven: The New York Times retrató el dramático caso de Karen Espíndola para hablar del aborto en Chile

Publicado: 20.08.2017

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Maratónicas jornadas se han vivido en el Tribunal Constitucional, organismo que será el encargado de dirimir si finalmente el proyecto de aborto en sus tres causales será aprobado o devuelto a la discusión parlamentaria.

El debate sobre el aborto ha generado la expectación a nivel mundial y The New York Times decidió ilustrar estos acontecimientos con el conocido caso de Karen Espíndola, la joven a la que le negaron interrumpir su embarazo en 2008, pese a que los médicos le habían informado que el feto no era viable, debido a una malformación en su cerebro conocida como holoprosencefalia.

 

En ese entonces, la mujer decidió dolorosamente realizar el aborto y se lo solicitó a su doctor, pero este se negó porque era ilegal. El pequeño Osvaldo finalmente nació en febrero del 2009 con holoprosencefalia, microcefalia, cuadriplejia espástica, hipotiroidismo, laringomalacia, falla renal y reflujo.

Su vida transcurrió entre su casa y el hospital durante dos años. El menor padecía de dificultades para respirar, pasar saliva y solo podía ser alimentado por medio de un catéter. Debía tomar quince medicinas diferentes al día. Los grupos antiaborto le enviaron algo de dinero y ropa usada, pero para niñas.

«Me apoderó un sentimiento de impotencia y enojo. ¿Por qué me forzaron a esta crueldad? ¿Por qué hacer sufrir a mi bebé? ¿Para qué? Esos sentimientos me hicieron enfermar», confesó Espíndola al rotativo norteamericano.

Su hijo Osvaldo finalmente falleció en agosto del 2011. El estipendio del Estado llegó unos cuatro días antes de su muerte y fue retirado de inmediato. No alcanzaba para pagar ni el féretro.

Espíndola le entregó la semana pasada personalmente una carta a los ocho hombres y dos mujeres que forman parte del Tribunal Constitucional. En su texto cuestiona que «no solo se obliga a las mujeres a ser madres a la fuerza, ¡sino que se les obliga a tener que soportar la muerte de un hijo(a)! ¿Habrá algo más doloroso para una madre o un padre?».

«Hoy, ustedes tienen la posibilidad de impedir que una historia como la mía se vuelva a repetir. Podrían ser sus hijas, nietas o sobrinas. Podría ser cualquiera», subrayó.

El TC ha escuchado los argumentos de unas 135 personas y grupos. De despenalizarse el aborto se restablecería un derecho establecido en 1931 pero que fue eliminado en 1989 hacia el final de la dictadura de Augusto Pinochet e impedir que siga siendo un emprendimiento clandestino e inseguro.

El año 2016 fueron dadas de alta más de 30 mil chilenas del hospital después de ser tratadas por abortos espontáneos o provocados, según datos del Ministerio de Salud. La organización de derechos sexuales y reproductivos Miles estima que suceden entre 60 y 70 mil abortos clandestinos al año.

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