La decisión del Tribunal Oral en lo Penal de Temuco de absolver a los 11 comuneros imputados por el crimen de los Luchsinger Mackay despertó una gran celebración en redes sociales. Durante meses, muchos siguieron el largo proceso de prisión preventiva que la acusación judicial significó incluso para una autoridad ancestral del pueblo mapuche, como la machi Francisca Linconao.
Tanto la machi como el resto de los comuneros que hoy fueron liberados por falta de pruebas entregadas por el Ministerio Público, sostuvieron complejas huelgas de hambre para manifestar su rechazo a la operación que desde el inicio apuntaron como un montaje policial.
La noticia se transformó rápidamente en uno de los temas más comentados de la mañana. Incluso el abogado Rodrigo Román, parte de la defensa de los comuneros, subió una foto a su Twitter con todos los profesionales que participaron representando a los mapuche ante la justicia: «Con este equipazo (+ Correa k no está en la foto) absolvimos en el wallmapu (…) abajo los montajes policiales», escribió.
En contraste con la felicidad colectiva por la liberación de los comuneros, también se hicieron sentir otros cuestionamientos hacia la justicia chilena, acusando que las supuestas presiones habrían surtido efecto.