42 según el gobierno, 66 según las feministas: ¿Por qué hay diferencias en las cifras de femicidios en 2017?

Una de las cifras negras de cada fin de año son los balances en relación a la cantidad de femicidios cometidos durante los últimos doce meses. Y en Chile, en 2017, el número oficial es de 42 mujeres asesinadas a manos de sus parejas, según dio a conocer hace pocos días el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.

Sin embargo, existen diferencias en el conteo. La Red Chilena Contra la Violencia Hacia las Mujeres también monitorea en detalle este tipo de delito pero su conteo arrojó un número aún más alto: 66 femicidios y un suicidio femicida.

«El femicidio es el asesinato de una mujer por un hombre, es un crimen que responde y refleja en un grado extremo la sensación de dominio, de poder, de desprecio de los hombres hacia las mujeres en sociedades patriarcales. Eso es lo que el feminismo considera femicidio», explica a El Desconcierto Lorena Astudillo, directora de la organización.

Dada dicha definición, Astudillo señala que las diferencias se basan en que «en Chile tenemos una legislación que es demasiado ‘familista’ y concibe a la mujer solo dentro del espacio de la familia. Por lo tanto, en 2010 cuando se crea la ley que establece el femicidio, contempla únicamente los que son de tipo íntimo, que son los que ocurren en un contexto de pareja«.

El conteo del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género se basa precisamente en dicha normativa (Ley 20.480), que establece este tipo de delitos como «el homicidio cometido contra la mujer que es o ha sido cónyuge o conviviente del autor del crimen«. Para Astudillo, dicha definición «reducida» y «parcelada» debido a que «no considera, por ejemplo, si una niña es violada y asesinada por un tipo que cree que tiene el derecho de tomar su cuerpo, abusar e incluso matarlo». Así, dentro del conteo oficial también quedan fuera los casos de mujeres asesinadas por amigos, conocidos, desconocidos, clientes y crímenes de odio a las lesbianas.

Debido a lo anterior, Astudillo agregó que «si bien nosotras nunca hemos ido detrás de las leyes, consideramos que es importante que ellas sean el reflejo de la sociedad en que vivimos, y en este caso, lo que se está diciendo es que seguimos ocupando un espacio familiar. Se debe reconocer que somos violentadas en distintos espacios y en distintas formas, no solamente en nuestras casas por nuestras parejas».

Cifras se mantienen estables en diez años

De acuerdo al conteo del ministerio, en 2016 se cometieron 34 femicidios, y de acuerdo al de la Red Chilena Contra la Violencia Hacia las Mujeres, 52; por lo tanto, de acuerdo a ambos, en 2017 hubo un incremento. Sin embargo, para Astudillo, los números representan las variaciones normales que se han dado durante los últimos diez años.

«Si hacemos un análisis macro, las cifras son más o menos estables. Desde 2005 hasta 2010 las cifras fueron aumentando, pero en 2010, con la creación de la legislación, y también en 2011 y 2012, bajaron, y desde 2013 volvieron a subir nuevamente», señala Astudillo.

«Podríamos pensar que quizás la legislación tuvo un efecto que fue muy fugaz. Pero si hacemos un análisis mayor, vemos que las cifras han sido estables y ahí cabe preguntarse, ¿cómo son estables si tenemos legislación, políticas públicas y prevención? Lo que podríamos deducir es que definitivamente ellas no están sirviendo de nada porque a lo que hay que apuntar es al cambio cultural, no solamente a penalizar los crímenes o hacer una campaña una vez al año. Necesitamos una consciencia constante de esto«, finaliza.