Hasta que lo hizo. De pie en pleno Palacio de La Moneda, el Papa Francisco pidió perdón a nombre de la Iglesia Católica por los abusos sexuales a niños, perpetuados por sacerdotes.
«No puedo dejar de mencionar el dolor y la vergüenza irreparable por el daño causado a niños por parte de ministros de la iglesia», dijo el argentino Jorge Bergoglio, rompiendo las especulaciones respecto a que no querría referirse al tema en su paso por Chile, el que precisamente ha marcado la previa de su visita.
La presencia del obispo Juan Barros en Osorno -formado por Karadima y acusado de encubridor- se ha vuelto uno de los principales temas del paso de Francisco en Chile, antecedido también por los abusos sexuales en la congregación marista y por el retrasado fallo eclesiástico contra el ex obispo de Iquique.
«Es justo pedir perdón y apoyar con todo esfuerzo a las víctimas», aseguró Bergoglio.
Bergoglio, además, se refirió brevemente a la «sabiduría» de los pueblos originarios, un tema que marcará su paso por la región de La Araucanía el día miércoles. «No hay sabiduría en un pueblo que da la espalda a la tierra. Chile tiene en sus raíces una sabiduría que puede superar la actitud meramente consumista de la existencia».