Una denuncia por abuso sexual ingresó el pasado 3 de enero a la Fiscalía Centro Norte en contra de dos monjes franciscanos. El denunciante fue un joven exnovicio de la orden, quien asegura que los sacerdotes cometieron actos de acoso y abuso sexual mientras se desempeñaba como sacristán en la iglesia de Santiago Centro, entre los años 2017 y 2017.
Uno de los denunciados es Saúl Zamorano, fraile de 50 años en servicio de la orden y que fue designado para encabezar la investigación eclesiástica sobre los abusos sexuales cometidos dentro de la congregación marista de Chile. El otro es Manuel Alvarado, el exguardián del convento de la Alameda, según consigna The Clinic.
Debido a esta denuncia, la orden franciscana comenzó el pasado 5 de enero una investigación previa canónica para “determinar la veracidad de los hechos”. Los denunciados fueron suspendidos de sus servicios pastorales, según confirmó el vicario provincial Santiago Andrade.
La designación de Zamorano para realizar la investigación se realizó seis meses después de la primera denuncia verbal formulada a Andrade y pocos días antes de que el hombre formulara una denuncia formal contra el sacerdote a la congregación en la oficina pastoral de denuncias del Arzobispado de Santiago.
Por su parte, la congregación marista recibió con sorpresa esta noticia y aseguró que “la designación de Zamorano fue recomendada por su experiencia en este tipo de investigaciones”. “No conocíamos, ni conocemos otros antecedentes respecto a lo que ha surgido hoy. Es algo que se le debe preguntar directamente a la orden franciscana”, respondió Ernesto Reyes, representante provincial para la misión marista y agregó que “de comprobarse una situación incompatible con la tarea que se le ha encomendado, se procederá de inmediato a buscar a otra persona idónea para el cargo”.