«Muchos lloran, se angustian. Yo no lloro ni me angustio, no es más que una manifestación de la putrefacción que afecta al Ministerio Púbico».
Así comienza la ácida columna de Tomás Mosciatti en Bío Bío, en la que cuestiona duramente a los renunciados fiscales Carlos Gajardo y Pablo Norambuena, quienes anunciaron ya su retiro de la Fiscalía en protesta contra las últimas decisiones en casos de financiamiento irregular de política, como los acuerdos con Iván Moreira y SQM.
El comentarista recuerda que hace tiempo que la Fiscalía está en crisis, gracias a que «partió en medio del cuoteo político». Recordó, por ejemplo, que el fiscal nacional Jorge Abbott fue electo por el Senado tras reuniones extra oficiales con los mismos partidos implicados en los bullados casos de platas políticas. Una de esas tuvo lugar en la casa de Guido Girardi, donde participó también Ciro Colombara, asesor de Marco Enríquez-Ominami, implicado en la causa SQM.
A esto se suma la calidad de las investigaciones. «Muchos fiscales se formaron en pésimas universidades y cuando se enfrentan en juicio con abogados serios, pierden», dice Mosciatti, y agrega un polémico dato: «Manuel Guerra (Fiscal Metropolitano Oriente) estudió en una universidad que hoy no existe».
Además, el comentarista recordó casos como la adulteración de bonos en el propio Ministerio Público y cómo, en cinco meses de investigación, el fiscal a cargo no había dado ninguna orden para investigar. «Y pese a la corrupción grotesca, igual se pagaron los bonos», afirma Mosciatti.
«No he escuchado nada por los estruendosos fracasos de la Fiscalía, en el caso Viviana Haeger, en la investigación del lucro en las universidades o en el caso tsunami. Vaya Fiscalía…», agrega.
Sobre los renunciados Gajardo y Norambuena, dice que ellos estuvieron en el caso SQM desde el comienzó. «El asunto central es que SQM durante 20 años financió a políticos. ¿A cambio de qué?No son buenos samaritanos, pero jamás se investigó eso, es decir, jamas se investigó el delito de cohecho. Se investigó por el lado, una arista tributaria (…) no sé si por flojera o falta de conocimiento, pero no se investigó lo que había que investigar por parte de Carlos Gajardo».
Además, cuestionó que solo se buscara la responsabilidad en el gerente general, Patricio Contesse. «A Julio Ponce Lerou, dueño, se le trata con el pétalo de una rosa», criticó Mosciatti.