El pasado domingo se cumplió un año desde la muerte de Antonia Garros en Concepción. La joven falleció tras caer desde el piso 13, mientras se encontraba con su pololo Andrés Larraín, a quien la familia acusa de someterla a un clima constante de violencia.
A juicio del entorno de Antonia, existen pruebas sin periciar y conductas aún poco claras de la víctima, además de testigos contradictorios. Esto los lleva a insistir en que hay una serie de circunstancias que requieren ser analizadas con más detalles, con el objetivo de descartar o confirmar la existencia de terceras personas en su muerte.
La familia de Garros solicitó a la Corte revocar el sobreseimiento de la causa que resolvió el Juzgado de Garantía de Chiguayante durante el pasado 12 de enero.
«Se pudo haber agotado de otra manera la investigación. Creemos que existen ciertas diligencias pendientes, que van desde testigos hasta el hecho de confrontar versiones que parecen visibles a estos momentos y que para nuestra posición no hace posible llegar a una conclusión en el sentido de que no existe intervención de terceras personas en la muerte de Antonia», explicó a BioBioChile el abogado de la familia, Andrés Cruz.
Sin embargo, el fiscal Eric Aguayo aseguró que los hechos investigados no fueron constitutivos de delito y defendió las diligencias.
«A entender de la Fiscalía, todas y cada una de las diligencias pertinentes y relevantes se hicieron en la carpeta investigativa», aseguró.
En tanto, Mario Rojas, el abogado defensor de Andrés Larraín, aseguró que «él, con anterioridad a que ella se lanzara, los testigos explican que vieron a Andrés impedir que se lanzara como ella amenazaba permanente. Él impidió que se cayera, pero no podía estar en todo momento al lado de ella, particularmente tratándose de una persona que contaba con antecedentes psiquiátricos complejos».
Los alegatos se extendieron por una hora y media y la decisión de reabrir o no el caso será comunicada este viernes 9 de febrero, a las 11 horas.