Un sacerdote, quien prefirió resguardar su identidad, reveló nuevos antecedentes sobre abusos sexuales cometidos por miembros de la Diócesis de Rancagua, autodenominada «La Familia». El caso ya suma a 12 presuntos involucrados suspendidos.
El religioso señaló a T13 que la agrupación estaba conformada por ocho o nueve personas, con una jerarquía establecida y trato femenino hacia las víctimas y entre ellos. «Esta niñita se portó mal, entre otros», fue uno de los ejemplos que reveló.
El sacerdote indicó que el grupo funcionaba desde hace más de diez años y que algunos párrocos incluso viajaban a Santiago para tener sexo con prostitutos.
Tras ser consultado sobre las denuncias, el obispo de Rancagua, Alejandro Goic, señaló que nunca escuchó algo concreto: «A veces en broma uno escucha esas cosas, pero nunca tuve ninguna denuncia que me dijera que estaba ocurriendo».
Sin embargo, el sacerdote anónimo aseguró que el obispo sí estaba al tanto de la situación y que llamó a uno de los involucrados a dar explicaciones: «Yo sé que querían mandarlo a rehabilitarse, él mismo lo comentó. Parece que lo habían pillado con alguien en la cama», contó.
Goic se defendió asegurando que «yo le dije que en México había un centro especializado para estos temas, pero nunca más ocurrió aquello y no seguimos ningún procedimiento porque no hubo acusación formal».
Luis Rubio, uno de los principales acusados de actos contra menores de edad, era diácono y director de una escuela básica. Según el reportaje mostrado por T13, varios jóvenes afirmaron que él les ofrecía salir e incluso les ofrecía dinero para que accedieran. Además, una de las tías de los adolescentes aseguró haberlo visto masturbarse en una videollamada.
Por su parte, Rubio aseguró que no sabía si había escrito mensajes con contenido sexual, pero señaló que «asumo que cometí un error, pero no un delito».