La ley que despenaliza la interrupción del embarazo en tres causales también garantiza que las mujeres tengan acceso a un programa de acompañamiento, antes y después de tomada la decisión sobre abortar o no.
Según cifras proporcionadas por el Ministerio de Salud, desde febrero hasta mayo, 239 mujeres solicitaron realizarse un aborto en hospitales públicos por alguna de las causales estipuladas. De ellas, 157 aceptaron el programa de acompañamiento, un escenario que reveló que solo una de cada diez mujeres que fueron parte del programa de apoyo finalmente decidió no abortar.
Las cifras varían dependiendo de la causal, consignó El Mercurio. Por ejemplo, en situaciones de riego de vida de la madre, solo 4 de 69 mujeres siguieron adelante con su embarazo tras recibir acompañamiento. Respeto a la causal de inviabilidad fetal, 12 pacientes desistieron de abortar y otras 49 continuaron con el aborto. Por último, en la causal de violación, solo 1 de 27 mujeres decidió seguir con su embarazo.
Según explicó la subsecretaria de Redes Asistenciales, Gloria Burgos, la red pública ofrece el acompañamiento de un psicólogo, asegurado desde el inicio de la promulgación de la ley. En ocasiones también puede ser necesaria la evaluación del psiquiatra y ambos procesos cuentan con recursos asegurados en las unidades de alto riesgo obstétrico de los establecimientos de salud.
En junio próximo partirá una capacitación a nivel nacional de matronas, quienes tendrán que prepararse para el acompañamiento a las mujeres que recién llegan a atenderse al sistema público, con el objetivo de fortalecer el proceso.
La legislación también permite que instituciones privadas sin fines de lucro puedan participar ofreciendo planes de acompañamiento, lo que en algunos casos ha sido cuestionado por organizaciones feministas debido a sus objetivos, en ocasiones religiosos, de disuadir a las mujeres respecto a la decisión original sobre sus cuerpos.