«Matas a patadas, palos y luego te cagas de la risa. Avísenme a qué hora hay que ir a dejarle unas galletitas y un café a estos individuos. No victimicemos mas a los delincuentes. No más protección para ellos#Justicia”.
Así justificó el otrora capitán de la Roja, Claudio Bravo, a la tortura que sufrieron los dos jóvenes ecuatorianos que están en prisión preventiva mientras se investiga su responsabilidad en la muerte de Margarita Ancacoy, la funcionaria de la Universidad de Chile que fue asesinada el miércoles por la mañana.
Pero a Bravo no todos lo apoyaron.