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El rewe se trata de una de las ceremonias más importantes para un o una machi a nivel individual y, si bien varía dependiendo de cada uno y de la zona en que habita, en ella renuevan su vínculo con el mundo mapuche del pasado, con sus antepasados espirituales.
Celestino Córdova está condenado a 18 años de prisión por la muerte de Werner Luchsinger y Vivian Mackay. De esos, ya ha cumplido cinco años privado de libertad, y este viernes se conoció que, finalmente, el gobierno –a través de Gerndarmería– accedió a concederle el permiso por una salida de 48 horas para renovar su rewe.
Hace casi un año que Córdova muestra signos de estar enfermo. Así lo acredita un informe de la abogada Gloria Painemilla, del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), quien consignó que el machi presentaba decaímiento corporal y dolores de cabeza y cuerpo en una visita en junio de 2017.
Dos meses después, el machi inició su rogativa, cuando sus compañeros en la cárcel lo escucharon gritar cosas y después desmayarse. Enviaron una carta al alcaide del Centro Penitenciario de Temuco solicitando que se le dé permiso de visitar su rewe, como él venía pidiendo, porque eso era lo que lo tenía enfermo.
El 24 de octubre de 2017, el médico Víctor Caniullan lo trató en el Centro de Medicina mapuche Ñi Lawentuwünn. El centro médico, ubicado en Nueva Imperial, es un hospital público, parte del Servicio Salud Araucanía Sur. Este organismo reconoce a Caniullan -un machi, tal como Celestino- como un “especialista en salud mapuche”, en una resolución que data del año 2005, tomada a razón por la Contraloría.
El informe médico firmado por Caniullan da cuenta de que Celestino Córdova sufre la “enfermedad del machi”, la que “se traduce en muchos dolores de hueso y músculos, el debilitamiento generalizado del cuerpo y no poder dormir”.
“El machi Córdova a consecuencia de su debilidad espiritual está sufriendo deterioro de su sistema óseo, que le ocasionan inflamaciones, dolor muscular, digestivo, sus intestinos no están funcionando bien y tiene muy mala circulación de la sangre en todo el cuerpo, fuertes dolores de cabeza y está alterado el sistema nervioso”, dice el documento.
“Se produce un desequilibrio con su newen, pulli (fuerza espiritual y su espíritu de machi), espacio espiritual de donde proviene él, es decir su lof“, añade Caniullan.
El machi Víctor Caniullan finaliza el informe asegurando que el tratamiento de Celestino Córdova solo se puede completar “en un zatun, en su rewe. Es decir, una ceremonia que debe ser realizada exclusivamente en su rewe“.
El historiador mapuche Fernando Pairicán explicó a El Desconcierto que la renovación del rewe se trata de una de las ceremonias más importantes del machi en su calidad individual.
«Territorialmente, todos los y las machi son muy distintos uno del otro, y cada zona de la tierra que los mapuche comprenden como Wallmapu es muy distinta, por lo tanto, lo que Celestino –que habita en la zona Huelpeche– entiende por su rewe no necesariamente es lo que entiende, por ejemplo, un machi de la zona Pehuén», señaló.
«En cada zona es distinta, algunos lo hacen cada dos o cuatro años, y consiste en que debes hacer una suerte de ceremonia en torno a tu rewe, que solamente es tuyo. Los rewes no son compartidos, por así decirlo, son personales de cada machi, y en él renuevan su vínculo con el mundo mapuche del pasado, con sus antepasados espirituales, entendido como quienes habitan el Wenümapu (la tierra de arriba, ‘las normas que ordenan la reciprocidad’)», agregó.
Además, en la misma línea que los informes médicos, Pairicán explicó que «de no hacerlo, se enferma el o la machi», mientras que la importancia de que se realice en el lugar solicitado radica en que «su espiritualidad va vinculada a su cercanía con el espacio territorial, y por tanto, su espacio de libertad. Entonces es muy difícil hacer ceremonias mapuche en lugares cerrados, si no hay conexión con el Wallmapu ni con el mundo con que tú habitas».
